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NAT

Wanda le dio la mano a Tommy, yo a Billy y Emma estaba de la mano con Yelena.

Era casi gracioso verlas así, Yelena que odiaba que la tocaran y Emma que prefería ser independiente e ir sola caminando, ambas de la mano.

Wanda me miró al notarlo, sonriendo.

- Por allá hay una -dijo Emma que se soltó de la mano de Yelena y salió corriendo hacia la librería.

Wanda rápidamente la frenó al ver al hombre que se aproximaba por la esquina en la que estaba el lugar al que se dirigía Emma. El tipo pasó de largo al lado de nuestra hija, pero no hizo nada más que seguir caminando. Sin embargo, Wanda ya tenía una mano sobre el hombro de Emma y miraba al hombre con desconfianza, estaba acostumbrada a sentir peligro de lo desconocido.

- Ni se te ocurra volver a salir corriendo de esa manera -le dijo a Emma, sonaba seria, asustada.

- Perdón... No había nadie... Quería llegar... -tartamudeó la niña mientras los ojos se le ponían llorosos.

- No, amor, está bien... Sólo... Me asusté, sí? Perdón, no tuve que haber sido tan brusca -se disculpó mi novia acercándola a su pecho para abrazarla.

Entramos a la librería en la que no había nadie, ni siquiera un vendedor.

Emma caminó de la mano con Yelena por los pasillos.

- Puedo agarrar el que quiera? -inquirió la cumpleañera.

- Sí, claro. Las personas que vendían debieron haber desaparecido o abandonado el lugar -dije.

- No sería robar si me llevo libros sin pagar? -preguntó con la expresión de preocupación que tanto me hacía acordar a Wanda. Madre e hija no se parecían tanto físicamente, pero sus reacciones tenían muchas cosas en común.

- Maldita niña de buen corazón -dije riendo, le revolví el pelo un poco antes de decir-: Si te hace sentir mejor, vamos a dejarle más del equivalente a lo que salen los libros que te vas a llevar.

- En serio? -volvió a preguntar.

- Sí. Dale, agarrá los que te gusten.

Todos empezamos a ver los libros que habían, incluso los mellizos que miraban los dibujos. Yelena observaba alguno, lo tomaba pero lo volvía a dejar. Me acerqué a ella cuando Billy se fue con Wanda.

- Podés agarrar el que quieras vos también, Lena -le dije.

- Estaba buscando uno que había nombrado papá la última vez que los vimos...

Cada vez que mencionaba a Alexei y Melina tenía ganas de decirle la verdad, de contarle todo lo que habían ocultado, pero se veía tan entusiasmada al pensar en que podría volver a verlos o incluso con la sola idea de tener algo que le recuerde a ellos, que no quería romperle el corazón.

La ayudé a buscar entre los estantes llenos de libros que no sabía que exitían.

Recién cuando se acercaba la hora de almorzar salimos con muchos libros en bolsas que habíamos encontrado, a pedido de Emma, dejé sobre el mostrador el dinero suficiente como para pagar todos los libros que nos llevábamos y un poco más.

Fuimos a almorzar a una plaza vacía, hicimos un picnic con comida que habíamos llevado. Los mellizos se quedaron toda la tarde en los juegos mientras con Wanda, Yelena y Emma hablábamos de lo que podíamos hacer con las gemas. Al principio a Wanda no le pareció buena idea hablar sobre eso frente a la nena, pero ella ya estaba enterada de la mayoría de las cosas que sucedían porque en la Base siempre se hablaba de aquello y ella era buena escuchando. 

- Bruce dijo que no hay manera de que él pueda hacerlo... Pero quizás... Si encontramos otra opción que él no haya pensado... -dijo Wanda.

Yo le estaba trenzando el pelo a Emma cuando ésta dijo:

- Y si es cuestión de tiempo? Me refiero... Si podemos volver el tiempo atrás... O habilitar los viajes... 

- Sería una buena idea, pero no sabemos cómo podríamos llevarla a cabo -respondí.

Volvimos a la Base con el atardecer del otro lado de la ventana del auto, Yelena tenía a upa a Emma que se había quedado dormida al igual que sus hermanos. Al rato también Lena cayó dormida sobre el respaldo del asiento.

- No había nadie en la ciudad... -dijo Wanda que estaba al volante.

- No, supongo que no es raro, están todos asustados, no saben qué hacer... Se supone que nosotros tenemos que ser quienes los ayuden...

- Lo estamos intentando -dijo. Posó su mano sobre la mía encima de mi regazo.

- Pudieron conseguir el libro que quería Yelena? -inquirió luego de unos minutos.

- Sí, está en una de las bolsas... Una de las tantas bolsas que trajimos -dije riendo.

- Creo que nos llevamos media librería -respondió riendo también.

- Al menos tenemos para entretenerlos por un tiempo. Yelena no es de leer, pero estoy segura de que ese que eligió la va a impulsar a leer más, todo porque se lo recomendó Alexei...

- Algo bueno tenían que darles -comentó.

- Sí, por lo menos... Mañana vamos a la dirección que encontré?

- Sí, preferiría que fuese a la mañana, a la tarde quería entrenar y volver a darle clases a Emma, ya van muchos meses que no estudia... Quiero que se distraiga con más cosas.

- Dale, no hay problema, mañana a la mañana vamos.

Unos minutos antes de llegar, Yelena se despertó. Al bajar, despertó a Emma y a los mellizos, ya que ahora era su fiesta de cumpleaños.

Adormilados se fueron a cambiar. Wanda y yo nos dirigimos a la sala donde estaba Tony programando todo para la fiesta.

Recién a las nueve fueron llegando todos. Primero Carol y Valkiria que venían de la mano. Luego Steve con Sam, seguidos por Thor. Pepper y Tony ya estaban en la Base.

Todos saludaron a Emma contentos de tener por fin un motivo para celebrar. En realidad nos juntamos para pasar tiempo juntos más que por el cumpleaños de la nena. Sin embargo, hicimos todo lo posible para que Emma la pasara bien ese día, porque era suyo.

El comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora