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WANDA

Me levanté con ella en brazos y nos fuimos a su cuarto. Acostada con ella sobre mi pecho, supe que las cosas serían difíciles para mi hija. Era una nena con una sensibilidad extrema a ruidos fuertes, luces cambiantes, mucha gente, la sobrestimulación la hacía llegar a tener ataques de pánico. La veía ahí en mis brazos, pegada a mi pecho y no podía dejar de pensar en que quería protegerla del mundo, de lo que la podría ansiosa al punto de cortarle la respiración. Quería que quedara chiquita y nunca se fuera de casa porque una vez que creciera ya no sería tan fácil cuidarla.

- Te amo, Em, con toda mi alma -dije, le hacía mimos en la espalda mientras su respiración iba haciéndose más lenta.

- Yo también, mamá.

Al rato se quedó dormida, pero no quise salir de esa posición. Era una de las primeras veces que tenía tiempo de estar ahí para ella, las otras veces Emma tenía que pasar sola por sus crisis y yo me enteraba recién cuando terminaban

Visión entró al cuarto a la media hora. Lo fulminé con la mirada y procedí a dejar a Emma en su cama. Le di un beso en la frente y salí.

- Wanda...

- Ni se te ocurra gritarle una sola vez más -dije mirándolo, supe que mis ojos estaban rojos por la contención de mi ira-. Sabés cómo son las cosas con Emma, cómo reacciona, qué le pasa cuando gritan que no le pasa a otras personas.

- No me di cuenta al momento de lo que pasó... Ya voy a ir a pedirle perdón...

- Más te vale, Visión.

Esa noche, Emma seguía durmiendo a la hora de cenar, se había despertado un rato al mediodía, pero no había querido almorzar. Vision se levantó del sillón para ir a despertarla.

- No, dejala dormir. Hoy tuvo demasiado.

Asintió y en lugar de ir hacia arriba se acercó hasta mí. Su expresión era de extrema tristeza.

- Me arrepiento tanto de lo que hice... No quise gritarle... Perdón.

Entendí que estaba muy arrepentido, entonces lo abracé.

- Está bien, Vis, no lo hiciste a propósito, la próxima vez que peleen pensá en cómo va a reaccionar ella antes de cuán enojado estás.

Asintió otra vez y se quedó abrazado a mí.

Al día siguiente Visión y Emma seguían sin hablarse, lo que era extraño, pero fue recién en la cena que Emma habló tras hacer pasado todo el día en silencio y ni había tocado su plato.

- Quiero ver a la tía Nat.

- Ya hablamos, Emma, no -respondió él.

- Entonces no pienso hacer nada de esto -dijo mirando el plato- ni la tarea ni nada. No valen la pena si me voy a quedar encerrada de por vida.

- Basta de tonterías, terminá de comer -dijo Visón frustrado, le lancé una mirada de advertencia.

- No es un chiste, es la realidad a la que te vas a tener que acostumbrar si no me dejás verla.

Visión me miró buscando apoyo, pero no respondí, yo sí quería que viera a Nat.

Emma se levantó, Visión estuvo a punto de ir tras ella pero lo frené.

- Si vas a resolver esto, que sea como un adulto, no como un hombre que le prohíbe a su hija ver a quien quiere y encima se enoja con ella.

Tomé a Billy que estaba por tirar su comida y lo senté en mis piernas.

- Es que... No quiero que se vean... Tony va a aprovechar cualquier cosa con tal de meternos en su plan...

- Es lo que debemos hacer, meternos en el plan, ayudarlos.

- Es peligroso.

- Es por nuestros hijos. Emma no va a aguantar mucho más si sigue sin ver a Nat. Dejá que al menos se encuentren en casa, pero Emma la necesita.

- No -dijo y salió de la casa para relajarse afuera.

Al rato cuando los mellizos comenzaron a llorar y Visión no volvía, llamé a Emma.

- Hija, me ayudás con los nenes?

Bajó, tomó a Tommy en sus brazos, de los dos él era el que tenía mayor debilidad por su hermana, siempre que estaba llorando y Emm lo agarraba, dejaba de hacerlo.

- Hola, Tommy -dijo mi hija dándole un beso en la frente a su hermano.

- Un cuento -dijo Tommy mirando a Emma.

- Querés que te cuente un cuento?

Él asintió.

Emma tenía el poder de manipular cosas de la naturaleza, a su vez que podía sentir el ánimo de las personas y tratar de ayudar, pero con Tommy, siempre que le contaba historias, usaba las plantas y las cosas de la naturaleza que teníamos allí.

- Había una vez -comenzó acariciándole el brazo con una mano y con la otra hizo con unas plantas una figura que simulaba la de una persona, comenzó a hacerlo correr por la mesa, Tommy lo miraba riendo- un niño que nació en una familia diferente. Era un joven con un poder excepcional, corría rapidísimo. Nadie podía ganarle una carrera.

Antes de que ella pudiera seguir, Tommy se quedó dormido en sus brazos.

- Estos chicos tienen la mejor hermana mayor del mundo... -dije plantándole un beso en la frente-. Qué querés que te prepare para cenar?

- Mamá, lo dije en serio lo de que no iba a hacer nada hasta que papá no diera el brazo a torcer.

- Amor, no vas a poder estar tanto tiempo sin comer y si algo heredaste de él es el orgullo, así que no hay manera que se retracte.

- Bueno, veremos quién cae primero -dijo depositando a Tommy en el sillón.

Tal y como yo hacía siempre, le dio un beso en la frente y se fue a su cuarto.

Visión volvió a entrar un rato después.

- Vis, vas a tener que dar el brazo a torcer con lo de Nat... Emma estaba hablando en serio -dije dejando a Billy que también se había dormido al lado de Tommy.

- Yo también hablaba en serio. En dos semanas es la reunión con ellos, ahí recién vamos a poder saber qué hacer.

- Sabés que Emma es completamente capaz de cumplir lo que dijo por cuanto tiempo le parezca necesario.

- Entonces somos dos.

Antes de que se fuera hacia la escalera lo tomé del brazo.

- Visión, le llega a pasar algo por esta discusión silenciosa entre ustedes dos, y a quien voy a culpar es a vos, entendido? Sos el primero al que voy a ir a asesinar si la veo mal. Estoy con ella en esto.

Asintió a su pesar y se fue.


El comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora