29

121 15 0
                                    

WANDA

- Wan, sabés por qué no quiero que venga ninguno -dijo con algo de frustración.

- Pero dejaste que Sienna viniera.

- Conocemos a la madre, sabemos su historia.

- Podemos investigar a la persona que Lena quiera invitar, pero quiero que ella renga amigos más cercanos, así nunca va a poder integrarse por completo.

Se quedó unos segundos mirándome hasta que sonrió.

- Está bien, sólo para que podamos dormir bien hoy, sí? Pero va a ser una investigación exhaustiva.

- Pensá que este ya es su último año de secundaria, amor, en todo el primer año que estuvo en la secundaria no pudo traer a nadie y ahora ya está por terminar...

Asintió.

Le di un beso rápido en los labios.

- Gracias, Lena también te lo va a agradecer muchísimo.

Cuando ya iba a apagar la luz, Tommy abrió la puerta de nuestro cuarto.

- Puedo dormir acá? -preguntó refregándose la cara con la mano.

- Qué pasó, amor? -pregunté agachándome.

- Billy dice cosas mientras duerme y no puedo dormirme.

- Qué clase de cosas dice? -preguntó Nat acercándose.

- Habla de papá.

Cruzamos miradas con Nat.

- Ustedes quédense y duerman, yo voy a verlo -dije.

- Wan, puedo ir yo si querés, no es necesario que siempre vayas vos -propuso ella.

- Segura?

- Sí, quedate y duerman, ya vuelvo.

Asentí y me metí en ma cama con mi hijo.

NAT

Entré al cuarto de Billy y, como dijo Tommy, estaba hablando dormido. Parecía angustiado, como cuando Emma tenía alguna pesadilla después de que muriera Visión.

- Hey, amor, despertate, es sólo un sueño -dije sacudiéndolo con suavidad.

Tardó en abrir los ojos, pero cuando lo hizo me miró y me abrazó.

- Tuve una pesadilla -dijo.

- Qué pasó?

- Papá... Vi cómo moría...

- Tranquilo, está todo bien, sí? Estoy acá.

- Tengo miedo -dijo sin soltarme.

- De qué?

- De que le pase algo malo a alguien más. No quiero perder más.

Sus palabras sonaban como las de Wanda, casi idénticas a como las había dicho ella.

- No le va a pasar nada a nadie, sí? Querés ir a dormir con nosotras hoy?

Asintió.

Lo alcé y en mos brazos lo llevé al cuarto donde estaba Wanda mostrándole sus poderes a Tommy que comenzaba a cerrar los ojos.

Con la mano que mi novia no estaba usando, me hizo señas de que no hiciera ruido, por lo que entré en puntas de pie.

Nos acomodamos los cuatro, Tommy ya se había dormido.

- Nueva técnica? -pregunté.

- Sí, no se podía dormir y me acordé de la fiesta de año nuevo que le mostré a Emma los fuegos artificiales con mis poderes, eso ayuda a que estén tranquilos.

Nos quedamos dormidas unos minutos después.

...

Unos días más tarde le pregunté a Lena si quería que viniera alguna amiga suya o amigo.

- No, prefiero hablar de vez en cuando o juntarnos en otro lado, pero no puedo arriesgar a Emma y los mellizos.

- Y qué vas a hacer ahora que ya no vas a ir al colegio?

- Quedarme entrenando.

- Lena... Esto no es la Habitación Roja, sí? Es nuestra casa y podés permitirte tener una vida como la que hubieses querido.

- Esta es la vida que quiero, Nat, cuidando de mis sobrinos, ayudándote a vos y a Wanda con la investigación.

- Bueno... Pero sabés que tenés más opciones.

- Sí, gracias.

WANDA

El día de la graduación de Yelena, fuimos todos los que podíamos: mis hijos, Nat, Melina y yo, los demás tuvieron que quedarse porque en el colegio los reconocerían demasiado fácil, por lo que les dijimos que se quedaran preparando alguna fiesta para Lena.

En en colegio, nos sentamos los seis en los bancos preparados para las familias. En orden estábamos: Melina, Billy, Nat, Emma, Tommy y yo.

Mi novia estaba un poco paranoica acerca de la gente que podría vernos y saber quiénes éramos, todavía tenía miedo de que la Habitación roja nos localizara.

- Amor -dije en un volumen que lograra que ella me escuchara, cuando me miró seguí-. Está todo bien? 

- Sí... Sí, todo bien -respondió distraída.

Emma tomó su mano y pude sentir que utilizaba sus poderes para ayudarla a calmarse.

A los minutos escuchamos que nombraban a una Lena Romanoff e inmediatamente nos pusimos de pie para aplaudir. La vimos sonreír y saludarnos desde donde estaba.

No pudimos ir a abrazarla hasta que terminaron con todos los demás alumnos, recién entonces Emma pudo correr hacia su tía que la levantó en sus brazos.

En la Base la esperaba una fiesta aún más grande que, por supuesto, había preparado Tony. Lena le agradeció de mil maneras, al igual que Nat y yo. 

NAT

En la fiesta que le hizo Tony a mi hermana había de todo tipo de actividades que casi nunca hacíamos, se notaba que amaba las fiestas. 

Con Wanda sabíamos que los nenes no iban a aguantar mucho, por lo que los dejamos en la sala para que jugaran con Steve que estaba un poco cansado también. Mientras tanto, los demás nos quedamos afuera con Lena que estaba de buen humor. Hablaba mucho con Melina, y se dejaba abrazar.

Cuando mi hermana empezó a agotarse, a eso de las dos de la madrugada, la acompañé adentro y de pasó miré cómo estaban mis hijos. Steve me hizo señas de que no hiciera ruido, por lo que entendí que ya se habían dormido.

- En un rato vengo a buscarlos -susurré.

- Los voy llevando -susurró él acercándose a los mellizos.

Estaba a punto de preguntarle si necesitaba ayuda, pero me acordé de quién era al mismo tiempo que él tomaba a los dos nenes, uno en cada brazo sin dificultad y subía las escaleras detrás nuestro.

Ya en el cuarto de Lena, sentí que podía hablar con ella. Me senté a su lado en la cama, ella entendió qué iba a hacer.

- Estoy muy orgullosa de vos -dije mirándola a los ojos-. Sé que todo lo que viviste no fue fácil pero aún así pudiste con todo, hermanita, y eso no lo hace cualquiera.

- Podemos decir que tuve ayuda y compañía -replicó sonriendo.

- Puede ser, pero también fue gracias a vos. 

Le di un beso en la frente y salí del cuarto. 

En la escalera me encontré con Steve que llevaba a Emma en sus brazos.

- Ya acosté a los mellizos -dijo.

- Muchas gracias -respondí.

Emma se había aferrado a su cuello como hacía siempre que la cargaba dormida.

- Buenas noches -dijo.

- Buenas noches, que descanses -contesté.

Le di un beso en la frente a mi hija y bajé las escaleras.

El comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora