6

307 19 0
                                    

NAT

Hacía casi media hora que Emma no salía de su cuarto, no quería bajar para cenar así que tuve que llamar a Wanda por teléfono para ver qué hacía.

- Hola, Nat? Está todo bien? Los chicos? -preguntó ni bien atendió.

- Sí, sí, están bien... Sólo que Emma no quiere salir del cuarto.

- Pasó algo? Se exaltó de alguna manera? Algún ruido fuerte, mucha gente, luces intermitentes...

- Sí, Peter Quill puso música alta y Emma se asustó.

- Está bien, es lógico que le pase eso. Tiene cierta sensibilidad a ese estilo de sucesos, la ponen demasiado ansiosa.

- Qué tengo que hacer?

- Preguntale qué necesita, decile que querés entrar para ayudarla, que pueden jugar a algo. Cualquier cosa que la distraiga.

- Ok, muchas gracias.

- No, gracias a vos, Nat, por cuidarlos de esta manera...

- Los amo, son mis sobrinos... Un beso -dije y corté.

Me volví a acercar a la puerta donde escuchaba a Emma respirar con dificultad.

- Emmita, qué querés que hagamos? -pregunté con paciencia.

No respondió.

- Vos decime qué querés hacer que lo hacemos, podemos comer acá, jugar afuera, ver una película.

La puerta se abrió de a poco, vi cómo asomaba su rostro colorado de tanto llorar.

- Ay, amor... -dije entrando a medida que ella me dejaba-. Cómo puedo ayudarte?

- Podemos acostarnos en la cama y ver una película? -preguntó con la voz rota de llorar.

- Sí, obvio -respondí.

Nos acostamos, e inmediatamente ella fue acercándose a mí y apoyó su cabeza en mi pecho. Se fue tranquilizando de a poco.

- Esto querías? -pregunté-. Que nos acostáramos y viéramos una película? Algo más?

- Mamá me hace mimos en el pelo cuando tengo mis momentos...

Asentí sonriendo y comencé a hacerle mimos.

Pasó unos minutos mirando la pared, relajándose de a poco, hasta que se durmió. Wanda me llamó un rato después.

- Hola?

- Hola, Wan.

- Cómo va todo?

- Bien, ya se durmió.

- Le hiciste mimos?

- Sí, ella me dijo que vos se los hacés.

- Sí, se los hago, más que nada cuando se pone muy nerviosa. Los mellizos cómo están?

- Estaban con Pepper y Carol, yo me quedé con Emma.

- Muchas gracias, Nat, en serio. No podríamos estar más agradecidos de lo que están haciendo por nuestros hijos.

- Gracias a ustedes por permitirnos cuidarlos, hacía mucho que quería tener sobrinos y digamos que nadie en la Base está realmente dispuesto a traerlos.

- Bueno, te dejo seguir con lo tuyo, fijate que Emma coma algo cuando se levante y si podés llamarme cuando pase, te lo agradecería, quiero hablar con ella.

- Está bien, chau -dije y corté.

Al otro día, cuando llegaron, Tony comenzó a hablar sobre los preparativos de año nuevo, ya que faltaban sólo dos semanas.

Para navidad iban a hacer algo simple, porque las fiestas grandes siempre las hacía para fin de año.

VISIÓN

- Tenemos que poner estas luces por ahí -dijo Tony anotando algo en su cuaderno.

Mientras tanto, mi hija saltó sobre mí riendo.

- Hola, amor -dije sosteniéndola para que no se cayera.

Luego también vinieron los mellizos que corrieron por la casa jugando con Yelena.

Emma se quedó apoyada sobre mi pecho, sentada en mis piernas mientras Tony explicaba lo que íbamos a hacer para año nuevo.

Wanda me miraba con dulzura, le gustaba verme con Emma así de cariñosa y a mi me gustaba tenerla así.

Las semanas pasaron y ya sólo faltaba un día para año nuevo.

En navidad, Emma se había dormido antes de las 00 por lo que la llevé a su cuarto y luego bajé con Wanda. Esa noche dormimos con los mellizos.

WANDA

Era año nuevo, estábamos en la Base con todos. Visión se paró cerca de Emma que miraba a Tony sin entender bien qué iba a hacer. Lo entendí tarde, porque Tony puso unos fuegos artificiales en el centro del patio y los encendió. Miré a Visión lanzándole una advertencia y él inmediatamente alzó a Emma y le tapó los oídos.

Me acerqué a ellos, pude escuchar a Emma llorar por el susto.

- Dame que la llevo adentro -le dije a Visión.

- Dejá que yo la llevo -respondió y entró.

VISIÓN

Con mi hija a upa, no podía pensar en otra cosa que en mantenerla a salvo del ruido que había afuera. Entré al cuarto que compartíamos con Wanda y hablé con Friday, el nuevo servicio tecnológico que Tony había puesto en la casa.

- Friday.

- Sí, Visión?

- Hacé la habitación a prueba de ruidos.

- Entendido.

De pronto el ruido frenó, Emma no dejó de temblar pero su respiración se desaceleró.

La acuné en mis brazos mientras me sentaba en la cama apoyando la espalda en el respaldo.

- Ya pasó, hija, ya no hay más ruidos.

- Y si vuelven?

- No van a volver, lo prometo.

Me extendió su meñique e hice lo mismo con el mío, los cruzamos e hicimos la promesa que para ella tenía más valor: "pinky promise".

- Por qué Tony encendió eso? -preguntó apoyando la cabeza en mi pecho.

- Porque hay gente a la que le gusta ver los colores que salen de esos fuegos artificiales.

- Pero hacen demasiado ruido.

- Lo sé, pero a ellos no les importa.

- Puedo ver los colores sin escucharlos? -inquirió ahora mirándome.

Me quedé pensando en cómo podía hacerlo, porque sabía que a ella le encantaría ver cómo estallaban en un montón de partes coloridas, pero no sabía cómo hacerlo sin que Emma los oyera.

Wanda entró al cuarto antes de que pudiera decirle algo más a Emma.

- Cómo van las cosas por acá? -dijo cerrando la puerta rápido.

Se sentó a mi lado, Emma estaba sentada sobre mis piernas de costado ahora mirando para el lado de Wanda.

- Mejor -respondí corriéndole el pelo de la cara a nuestra hija.

- Le estaba preguntando a papá si podía ver las luces de los fuegos artificiales sin escucharlos -dijo Emma observando a su mamá.

- Sí, claro -respondió Wanda. La miré sin entender cómo lo haría hasta que de su mano se desprendió una luz tenue roja.

Emma la miró con los ojos bien abiertos, parecía hipnotizada. A Wanda no le gustaba usar este tipo de poderes frente a los chicos, porque generalmente eran para lastimar, por eso Emma estaba sorprendida de verlos.

El comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora