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WANDA

Al segundo día de clases, sólo fui yo porque Natasha estaba demasiado cansada, no había podido dormir en toda la noche ya que estuvo investigando sobre la información que tenía la Habitación Roja sobre su hermana, así que decidí dejarla dormir.

Yelena se sentó en el asiento de acompañante, y los nenes se acomodaron atrás.

Al llegar, Emma se fue a jugar con Sienna mientras esperábamos a que abrieran la puerta.

- Cómo fue todo ayer? -le pregunté a Lena.

- Bien, raro, pero bien.

- Amigos nuevos? Me acuerdo que dijiste algo pero estaba ocupada con otras cosas y no pude escuchar bien.

- Sí, algunos. Es muy distinto a la Habitación Roja, no hay tanta disciplina.

- Lo que es algo bueno, no?

- Sí, pero raro. Son ran poco estrictos que yo parezco rara ahí dentro.

- Es hasta que te acostumbres, después te vas a sentir una más.

Se quedó en silencio unos segundos.

- Gracias... Digo, por convencer a Nat, sé que ayudaste a que me dejara venir.

- Por nada, amor, es justo que tengas la oportunidad de conocer lo que es el colegio.

Emma volvió corriendo.

- Sienna dice que su hermano es compañero tuyo -dijo agitada mirando a su tía.

- Su hermano?

- Matías.

-  Aah... Sí, es compañero mío.

- Dice si querés ir con ellos, están sentados cerca de donde estamos nosotras.

Yelena me miró, asentí y la tomé del hombro.

- Vayan, pásenla lindo, después vengan a saludarme antes de irse -dije sonriéndoles.

Mientras las veía irse, Clara, la mamá de Sienna, se acercó a mí con una sonrisa.

- Hola! -dijo, parecía feliz.

- Hola -respondí con un poco menos de energía pero tratando de ser amable.

- Me dijo Sienna que le encantó ir al colegio ayer, que Emma es su mejor amiga -comentó apoyándose sobre la pared en la que yo también estaba apoyada.

- Qué bueno -respondí con sinceridad-. Emma también la paró hermoso, no dijo que Sienna fuese su mejor amiga porque no conoce bien el término, pero habló mucho de que estuvieron juntas todo el día.

- Cuál es su historia? -preguntó de la nada.

La pregunta me tomó por sorpresa.

- Qué historia?

- La historia de lo que les pasó el día que todos desaparecieron.

- Ooh... Ese día? Creo que todos tenemos la misma historia. 

- Sí, perdimos mucho -respondió ahora algo afligida.

- Puedo preguntar cuál es tú historia? -inquirí ahora que la veía triste, quizás necesitaba hablar con alguien.

- Perdí a mi esposo y a mi hijo. Sienna y otro de mis nenes vienen a este colegio, son lo único que me quedó.

- Lo siento mucho. Mi esposo también falleció, pero no podría ni imaginarme lo que sería perder a uno de mis hijos... 

No sabía cómo consolarla, no quería invadirla abrazándola, ya había aprendido con Emma que a veces la gente necesita su espacio físico mientras cuenta lo que le angustia.

- Murió ese día? -preguntó.

- Sí, pero no por el... -estuve a punto de decir chasquido, casi olvido que para los civiles la gente simplemente había desaparecido-. Murió justo antes de que eso sucediera.

- Cómo es eso?

- Literalmente como lo dije, antes de que la gente comenzara a desaparecer, mi esposo falleció.

Quería contarle la historia completamente, pero no podía.

Antes de que pudiéramos seguir hablando, Emma y Sienna vinieron corriendo, Lena las seguía de atrás.

- Ya abrieron la puerta -nos avisó mi hija.

Saludamos a las tres, luego nos saludamos nosotras y nos fuimos cada una por su lado.

Al llegar a casa, Nat me esperaba con un desayuno de los grandes que a ella le gustaba preparar. Tony estaba con una laptop frente a ella que me miraba sonriendo. Bruce estaba en la barra con muchos documentos.

- Buenos días, amor -dijo mi novia.

- Hola -respondí dándole un beso en los labios.

Los otros dos también me saludaron, pero con menos alegría que Nat.

- Te preparé esto por si no habías tenido tiempo de comer -explicó señalando una cantidad exagerada de platos que había en la mesa-. Hice de todo un poco.

- Me di cuenta -dije riendo-. Gracias, amor.

- Cómo fue la entrada al segundo día?

- Bien, Lena fue a hablar con sus compañeros, yo me quedé con Clara, la mujer que vimos ayer. Me contó que perdió a su esposo y un hijo...

- Oh... Qué feo...

- Sí, no hablé tanto con ella igual.

- Y Emma?

- Jugó con Sienna, creo que ya sé quién va a ser su mejor amiga este año, se ríen mucho juntas.

Sonrió y se acercó a mí.

- Bruce, sabés que puedo sostener el mundo entero con mis manos? -dije riendo.

Él se dio la vuelta para mirarnos, Tony despegó la mirada de la computadora para mirarnos también.

- Eso es imposible -respondió Tony.

- Es realmente imposible -concordó Bruce.

Me acerqué a Nat y la tomé por las mejillas. 

- Listo -dije.

Nat rio.

Tony bufó, simulando estar estresado por el chiste tonto.

NAT

Antes del mediodía, fui con Melina a buscar a los nenes, Wanda se quedó con Bruce y los miles de documentos que tenían que leer para ver si había alguna manera de solucionar todo. Eran un mezcla de datos científicos sobre los viajes en el tiempo y otros datos.

- Me alegra tanto que estén yendo a la escuela... -dijo Melina contenta sentada en el asiento del acompañante.

- Sí, Yelena y Emma necesitaban amigos, y los mellizos iban a necesitarlos en cualquier momento, mejor que puedan crecer rodeados de gente de su edad.

Se la notaba muy feliz de estar acompañándome a buscar a sus nietos y a su hija, por lo que yo también me alegré.

Cuando salieron todos, los mellizos corrieron a abrazarla. Si meses antes alguien me decía que Melina tendría una relación tan tierna con mis hijos, quizás no hubiese desconfiado tanto antes de traerla a la Base. Ahora que la veía sonriendo mientras abrazaba a Emma y Lena, no podía dejar de pensar en la buena decisión que fue dejarla entrar en nuestras vidas otra vez. A pesar de lo mucho que me estresaba y enojaba que mi hermana estuviese siendo engañada, lo contrastaba la sonrisa que tenía cada vez que estaba con Melina.

- Y mamá? -preguntó Emma cuando entramos al auto.

- En la Base con el tío Bruce trabajando -expliqué.


El comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora