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NAT

Una vez que Melina dejó a Emma en su cama, fui yo la que la tapó y le dio un beso en la frente. 

Wanda le mostró su cuarto a Melina y Alexei mientras yo acompañaba a Yelena al suyo.

- La pasaste bien? -pregunté.

- Sí, quiero que vengan más seguido.

- Está bien, podés hablar con ellos para que vengan más veces.

Me acerqué y le di un beso en la frente.

- Tengo 25 años, Nat, vas a seguir dándome las buenas noches todos los días? -preguntó riendo.

- Sí, obvio -respondí y le di otro beso en la frente-. Qué, no querés? Puedo tratarte como nena grande si querés.

- No, está bien así -respondió sonriendo.

- Menos mal -dije.

Me lancé sobre ella y comencé a hacerle cosquillas.

- Basta! Nat, pará! -dijo riendo.

Tras unos segundos, frené y me paré.

- Bueno, a dormir -dije y volví a darle un beso en la frente.

- Buenas noches.

- Buenas noches.

Al salir, me encontré con Wanda que salía del cuarto de los mellizos.

- Vamos a dormir? -preguntó acercándose a mí.

Asentí acompañándola a nuestro cuarto.

Al despertar, al otro día, cuando bajamos a desayunar, nuestros hijos ya estaban allí con sus abuelos, Kate y mi hermana, acompañados de algunos de los demás.

- Buenos días -dijo Melina alcanzándonos tazones con té.

- Buenos días, gracias -dijo Wanda sonriéndole.

- Gracias, mamá -respondí sin ser consciente de cómo la había llamado.

Melina sonrío sin decir nada.

- Entonces, ustedes dos son pareja? -preguntó Alexei mirando a mi hija y a Kate.

- Sí -respondió Emma.

- Al igual que Natasha y Wanda... -dijo él, parecía estar intentando comprender algo.

- Sí -volvió a decir mi hija.

Yo ya estaba alerta por cualquier comentario inoportuno que él pudiera hacer.

- Y es como algo genético que se comparte en generaciones? -preguntó Alexei inocentemente.

Todos en la mesa reímos por la pregunta.

- No, no es genético -dijo Wanda.

EMMA

- En realidad es culpa de Steve que yo esté con Kate -dije mientras comíamos.

- Por? -preguntó Wanda.

Los demás me miraban curiosos.

- Él me dijo que me sentara como señorita -comencé.

- Emma, ni se re ocurra terminar la frase -me advirtió Kate.

- No, quiero escucharla -dijo Steve.

- Y yo me senté sobre una señorita -completé.

Rieron todos, incluso Nat que estaba entre asesinar a mi novia y reírse.

- Eso tiene más sentido a que sea genético -dije defendiéndome.

- Seguí bromeando así, arañita, no sé ni por qué las dejo dormir juntas -comentó Nat riendo.

WANDA

Unas semanas después, Alexei y Melina comenzaron a venir más seguido. Nat estaba mucho más tranquila que cuando vinieron esa vez.

Mientras hablábamos con Nat sobre algunas misiones que querían hacer los demás, Emma bajó las escaleras con dos prendas de vestir en la mano.

- Tía, me acompañás al baño? -le preguntó a Yelena.

- Sí, obvio, qué pasa?

- Qué es eso, Emm? -dijo Nat mirando con curiosidad la ropa que tenía en las perchas.

- Nada...

- Dale, qué es? -pregunté.

- En serio quieren saber? -preguntó Emma riendo.

- Sí -dijimos Nat y yo al mismo tiempo.

- Seguras?

- Sí, obvio, lo que sea que le digas a ella nos lo podés decir a nosotras.

- Ah, bueno, a ver... Mamá, cuál te parece más sexi -dijo mostrándonos los dos vestidos que tenía en las manos-. O sea, con cuál dirías "wow, Kate sí que no va a poner sacarle los ojos de encima al escote de mi nena en toda la noche si es que no tiene ya ahí sus manos"?

Nat y yo reímos nerviosas.

- Ya, ya, vayan antes de que las mate a las dos -dijo Nat.

Cuando se fueron, me giré hacia mi novia.

- Falta poco para el cumpleaños de Emma... Tenemos que ver qué hacemos.

- Querrá fiesta? -preguntó.

- No sé... Sin Tony es difícil que se pueda hacer sin que se ponga mal... Encima ya la semana que viene volvemos a la Base... Van a ser demasiado recuerdos de él.

- Le voy a preguntar, quizás quiera que salgamos a algún lado.

- Ya quince años, no?

- Sí... No lo puedo creer, es demasiado tiempo.

- Cuándo pasaron todos esos años? -preguntó riendo.

- No sé, pero al menos es feliz, al igual que los nenes, Yelena y Kate.

- Sí, en eso triunfamos -dijo dándome un beso en los labios.

- Sí -respondí sonriendo.

Unos días más tarde, mientras cada uno hacía sus cosas en la sala, Bucky y Clint comenzaron a discutir por quién iba mejor armado.

- Yo duermo con un cuchillo abajo de mi almohada -dijo Bucky riendo.

- En serio? Yo duermo con mi arco abajo de mi cama -respondió Clint sonriendo.

- Sí... muy débiles... -dije riendo también.

- Y vos con qué dormís, Wanda, entonces? preguntó Steve.

- Una asesina profesional, espía rusa y viuda negra para variar -respondí posando mi mano sobre el hombro de Nat quien me besó y dijo:

- Esa es mi chica.

- Igual, creo que yo gano -dijo Kate sonriendo.

- Qué vas a decir? -preguntó nerviosa mi hija que estaba sentada a su lado.

- Duermo con la hija de la Bruja Escarlata y la Viuda Negra, y por si era poco, la sobrina de Yelena Belova, otra viuda negra, así que seguridad no nos falta -respondió mi yerna riendo.

- Bueno... Tiene un punto -dijo Nat riendo también al igual que los demás.

- Hablando de la hija de la Bruja escarlata y la Viuda negra -comenzó Nat-. Qué querés para tu cumple, arañita? Podemos hacer una fiesta, ir a pasear por algún lado...

- Prefiero algo tranquilo, no quiero una fiesta grande.

- Podemos ir a la ciudad, deben haber cosas para hacer allá -propuse.

Mi hija asintió sonriendo.

El comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora