Capítulo 1: Melodía.
04 setiembre, 2018.
Melody.
Hace calor.
—¡Que te vaya bien en la preparatoria, cariño!
Es ruidoso.
—Voy saliendo—murmuré antes de abrir la puerta.
El ruido de las personas en la calle llegó a mí de inmediato, por lo que dando un suspiro, subí los audífonos que llevaba alrededor de mi cuello, tapando por completo mis oídos; en seguida, la música empezó a sonar, ahogando los otros sonidos a mi alrededor. Así, tras acomodar la mochila que colgaba de mi hombro, inicié mi camino.
Diez minutos de caminata hasta la parada de autobuses públicos, luego treinta minutos de viaje hasta mi parada y de allí, otros cinco minutos de caminata, hasta mi destino.
Levanté la mirada, observando el imponente edificio frente a mí, en el que chicos desde los doce hasta los dieciocho ingresaban uno tras otro; luego, regresé mi vista al frente y los seguí, ingresando yo también al instituto obligatorio de educación al que llamaban preparatoria.
Solo otro lugar ruidoso más.
Me mantuve caminando, sin detenerme a mirar nada más allá o querer entablar alguna conversación como los otros que me rodeaban; tan solo quería llegar a la pizarra, revisar cual era mi salón y esperar a que las clases terminaran para regresar a mi casa. Además, no era fanática del ruido que había en el lugar.
"¡Es Mely!"
Poco después de escuchar eso, sentí como alguien se recargaba contra mi espalda, haciéndome perder el control por un instante; y, aunque ya sabía perfectamente de quien se trataba, de igual forma observé sobre mi hombro, encontrándome con aquella brillante cabellera rojiza que conocía bastante bien.
—Emily—murmuré enderezándome y, para mi disgusto, bajando los audífonos—. Te he dicho que no te tires así sobre mí.
—Ah, lo siento Mely—se disculpó sonriendo—. No te vi durante las vacaciones de verano, así que me emocioné.
Suspiré. Ya me lo esperaba.
"Es tan linda incluso cuando está molesta"
—Deja de intentar molestarme—le recriminé sintiendo una venita saltar en mi frente, apartando el brazo con el que había estado rodeando mis hombros—. Se nos hará tarde.
"Buuu, aburrida"
—Está bien—asintió con desgana, retomando el camino a mi lado.
Le di una mirada de reojo.
Emily Smith, una chica de diecisiete años, alta, pelirroja, de ojos avellana rodeados de espesas y largas pestañas; familia promedio, notas promedio y una personalidad que solo podía describir como excesivamente positiva, enérgica e irritante. Una chica que llamaba la atención donde quiera que fuera y que no tenía cuidado de poner filtro a sus palabras.
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Your Voice [TERMINADA]
RomansaEscuchar los pensamientos de los demás, es el super poder que a muchos niños les gustaría tener; suena genial y poderoso. Así que es natural que surja entre las conversaciones de los más pequeños. Pero una vez lo tienes, no te parece tan genial. Al...