Capítulo 26: Confianza.
13 abril, 2019.
Melody.
No importa cuantas veces lo pruebe, es el mismo resultado.
No podía escucharlo. Ni la voz de las personas a nuestro alrededor, ni la de Harper. No podía escuchar ninguna de ellas. No mientras el más mínimo sonido de la pieza obsequiada por el rubio llegara a mis oídos; manteniendo el efecto por largas y contantes horas
Y eso, en lugar de ser satisfactorio, o motivo de alegría, fue sorpresivamente, aterrador.
Un toque en mi puerta me hizo sobresaltar. Todavía era difícil acostumbrarse a no saber cuándo una persona se estaba acercando a mí o tenía intención de decirme algo.
Es así como se supone que son las cosas, así es la normalidad, Melody, ¿no es lo que querías?
—Adelante—murmuré ignorando la voz de mi cabeza al mismo tiempo que retiraba los audífonos, para poder hablar con quien fuera que tocaba mi puerta, topándome una gran sorpresa al ver al rubio asomarse por esta—. Harper.
Él sonrió, terminando de entrar en la habitación—. Tus abuelos me dejaron entrar—comentó sentándose con total comodidad en el suelo, cruzando sus piernas y levantando la mirada para verme al rostro—. Entonces, ¿no estás castigada?
—Al contrario de ti, yo no rompo las reglas a menudo, así que mi padre no vio necesidad de un castigo; solo me pidió no meterme en problemas—respondí suspirando. El ojiverde había ido varias veces a mi casa y a mi habitación, por lo que tenerlo allí era algo casi natural—. Por otro lado, tenía entendido que a ti si te dieron un castigo, ¿no deberías estar en tu casa, Harper?
El aludido rio nervioso, desviando la mirada al suelo para luego sobresaltarse—. Ah, era broma, era broma—comentó repentinamente sacudiendo las manos.
Fruncí el ceño—. ¿Qué cosa es una broma? —cuestioné enseguida.
Harper se quedó inmóvil y yo, solo tardé un segundo en entender lo que ocurría; él había pensado en algo y al creer que le había escuchado, se disculpó enseguida, como se nos había vuelto costumbre. Sin embargo, en aquel momento, yo no era capaz de escuchar sus pensamientos, debido a que, momentos antes de su llegada, había estado escuchando la pieza que me obsequió por mi cumpleaños y cuyo efecto aún estaba presente en mí.
—Ah—murmuré.
—Tú... ¿no puedes leer mis pensamientos? —pregunté cuidadosamente.
Me balanceé ligeramente sobre mí misma. No le había dicho aún sobre el efecto de su regalo, pues yo misma, no terminaba de creer que fuera posible. También, porque decírselo, daba mucho miedo, pues una parte de mí creía que, en cuanto lo supiera, Harper dejaría de actuar de la misma manera.
Aquel día, descubrí lo realmente aterrador que era, no conocer los pensamientos de una persona.
—La canción—terminé decidiendo ser sincera, o al menos, serlo a medias—. Logra bloquear todos los pensamientos...pero los tiempos que dura varían, estaba experimentando un poco, pero aún no logro encontrar el que lo causa.
Tomé rápidamente de regreso de la mesa de noche la pulsera roja y la até a toda velocidad a mi muñeca, esto, me ayudaba a poder escuchar los pensamientos de Harper—. Oh ya veo—murmuró él mientras tanto—. Habérmelo dicho antes, estaba sorprendido.
"Es una suerte que no haya escuchado eso, uf, que alivio"
—¿Escuchar que cosa? —pregunté enseguida.
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Your Voice [TERMINADA]
RomanceEscuchar los pensamientos de los demás, es el super poder que a muchos niños les gustaría tener; suena genial y poderoso. Así que es natural que surja entre las conversaciones de los más pequeños. Pero una vez lo tienes, no te parece tan genial. Al...