Your Voice [TERMINADA]

S E I S

Capítulo 6: La chica de mechas.

10 diciembre, 2018.

Harper.

El suspiro del profesor me hizo desviar mi atención de la chica que acababa de salir por la puerta, hacia él—. Sabía que sería difícil, pero no tanto—musitó antes de observarme—. Harper, sabes quién es la chica que acaba de salir, ¿no?

—Solo sé que se llama Melody—respondí con sinceridad—. Es la primera vez que compartimos curso, así que nunca había tratado con ella.

—Ya veo—comentó llevando una mano a su nuca—. No dije esto con el resto de la clase presente para evitar problemas, pero la verdad es que la universidad ha puesto una condición para que el viaje sea posible.

—¿Condición? —cuestioné confundido por el tema y que tenía eso que ver con la chica y conmigo.

El profesor levantó su dedo índice—. Melody Shimizu debe asistir al viaje, sin importar que, de lo contrario, no aceptaran a nadie—me contó tomándome por sorpresa—. El problema es, como habrás visto, ella se niega; Melody tiene una...condición especial, por lo que no le gustan los ruidos fuertes ni las multitudes.

—Ah, por eso los audífonos—musité comprendiendo.

Él asintió—. Es natural que no quiera ir, teniendo en cuenta que New York es una de las ciudades con más personas y ruido de los Estados Unidos—señaló con seriedad—. Sin embargo, es muy importante que ustedes visiten ese lugar, puede darles una perspectiva mejor de que hacer en su futuro; sin mencionar que podría ser perjudicial para ella si los otros se enteraran que no pudimos asistir por su negación.

—Ciertamente puedo ver el problema—coincidí.

—Por eso, como delegado de la clase, quiero pedirte que hables y convenzas a Melody de asistir—pidió repentinamente tendiéndome un par de formularios—. Eres amable y te llevas con casi todos en la clase, si hubiera alguien más a quien le pudiera confiar esto lo haría, pero actualmente eres mi única esperanza.

Di un suspiro, tomando los papeles, algo me decía, que no tenía elección en eso—. Voy a intentarlo, pero no prometo nada—le avisé guardando el mío en mi mochila—. Si es todo, entonces, ¿puedo retirarme?

—Claro, cuento contigo, Harper—me animó permitiéndome salir.

Claro, como el del problema ahora soy yo.

Me dirigí hacia la salida, puesto que ese día no tenía actividades del club, además, quería localizar a la chica y acabar con el asunto de una buena vez; iba a hablar con ella e intentar llegar a un acuerdo, si seguía negándose y no veía forma alguna de convencerla, entonces la dejaría en paz. No era correcto insistirle demasiado a una persona que ya te había dado una negativa concreta.