V E I N T I C I N C O

309 48 9
                                    

Capítulo 25: Obsequio.

12 abril, 2019.

Harper.

Una semana había pasado desde aquel día en que me reuní con Melody y que ella me revelase su secreto, en ese tiempo, nuestra amistad avanzó a pasos agigantados; lo suficiente, para llamar la atención de las demás personas en nuestra clase. Y aunque al principio le fue incómodo, la mechada terminó por ignorar todas las mirada, murmullos y pensamientos que giraban a nuestro alrededor.

Algo de lo que no puedo alegrarme más.

—¿Estás lista? —cuestioné ajustando la mochila sobre mi hombro mientras veía a la mechada aun recogiendo sus cosas—. ¿Quieres que te ayude?

Ella sacudió la cabeza, terminando de recoger sus cosas rápidamente y poniéndose en pie—. Estoy lista—informó ajustando su mochila de la misma manera que lo había hecho yo segundos antes—. Pero debes prometer que esta vez será solo un rato, Harper.

—Claro, claro—asentí sonriendo—. Lo prometo.

Aunque en realidad no es como algo que controle.

Melody me dio una mala mirada, frunciendo su ceño—. Harper—reprendió.

Levanté mis manos en el aire—. Es la verdad, no es como que lo controle—reiteré haciéndome ligeramente a un lado para iniciar nuestro camino fuera del salón, ignorando las miradas que otros nos daban—. No es mi intención.

—Nunca es tu intención—murmuró con molestia—. Pero eso no vale de excusa con el director, te prohibirán la entrada al salón de música si vuelves a pasarte de la hora una vez más.

Coloqué mi mano en mi nuca—. Sí, eso sería un problema—admití con una risa nerviosa antes de bajar la mano—. Pero si llegara a suceder, entonces encontraría una manera de solucionarlo.

Mientras tanto, seguiré aprovechándome de eso para que me acompañes.

Las mejillas de la pequeña chica empezaron a tornarse de un nuevo color, mientras desviaba su mirada y soltaba un bajo—. Idiota*—que solo yo fui capaz de escuchar.

Me encogí de hombros y seguí el camino con normalidad, conversando con Melody de diversos temas que cambian con gran facilidad debido a lo mucho que mis pensamientos se desviaban y el hecho de que ella respondiera a estos; cosa a la que me había acostumbrado con una facilidad aterradora, que incluso, en ocasiones, solía utilizarlo para poder conversar con ella discretamente. De forma que pensaba las palabras en mi cabeza casi como si hablara con ella mientras a su vez, Melody me respondía con gestos o golpeándome por debajo de la silla, lo que se le facilitó cuando hicieron el cambio de asientos y resultamos sentados uno al lado del otro.

—Hola chicos—saludé en cuanto llegamos a la sala de música.

—Permiso—murmuró ella como de costumbre.

De inmediato, recibí una mala mirada de la presidenta—. ¿De nuevo? —preguntó mientras los demás se hacían los despistados—. Si te atrapan otra vez, te prohibirán a entrada, Harper.

Ah, claro, por esto es por lo que los demás no se meten, Eloise es realmente aterradora cuando se enoja. Quizás por eso ella y Melody congenian tan bien.

Me quejé al recibir un pellizco en mi brazo. No necesitaba voltear, para saber que provenía de la chica de ojos amelados que había leído mis pensamientos—. Melody se quedará conmigo, será solo una hora, lo prometo—aseguré juntando mis manos a modo de ruego—. Por favor.

Eloise suspiró con resignación—. Solo una hora—accedió dirigiendo ahora su mirada a Melody—. No dejes que vuelva a embaucarte, ¿quieres?, si insiste en quedarse más de ese tiempo siéntete con todo el derecho de halar sus orejas.

Your Voice [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora