Your Voice [TERMINADA]

D I E Z

Capítulo 10: Musa.

15 diciembre, 2018.

Harper.

Le iba a matar.

—Pero Shimi-chan me gusta. Suena muy tierno—logré escucharlo decir—. Dime, Shimi-chan, ¿qué parte de tu familia era japonesa?

—Spencer—lo llamé negando resignado con mi cabeza.

—Ya lo sé—respondió suspirando.

—Toda. Solo mi abuelo materno es estadunidense. Soy solo cuarto americana—le contestó ella dando un paso atrás.

Molesto con el castaño, pues ya la había visto hacer el gesto de incomodidad antes, lo tomé de la parte trasera de su abrigo, jalándolo hacia atrás para que se apartara de ella—. Logan, es suficiente—señalé antes de disculparme con ella.—. Lamento eso, fastidia mucho, pero en el fondo es un buen chico.

—¡Harpie! —exclamó enseguida.

Sentí una venita saltar en mi frente y el pelinegro pareció darse cuenta de que estaba en mi límite, pues se apresuró a golpear su cabeza—. Compórtate de una vez, la incomodas—señaló lo que yo también había notado—. Lo que Harper dice es cierto, en realidad es inofensivo. Ahora, la verdad queríamos saber si no te molestaba que las acompañáramos.

Observé a Melody, quien llevaba una vez más el cabello suelto. Había sido idea de los chicos, pues querían pasar algo de tiempo conmigo, pero entendería completamente si ella se negaba; después de todo, Logan era muy ruidoso y parecía incomodarla de sobremanera.

—Por mi parte no hay problema—accedió para mi sorpresa, volteándose hacia su amiga—. ¿Emily?

—Si para ti está bien. Vamos juntos—accedió también.

Sonreí—. Gracias—le dije a ella—. Prometo que mantendré a Logan alejado.

La chica de mechas asintió con su cabeza—. Bien—respondió simplemente.

Sin embargo, a pesar de mis palabras, solo unos momentos después, fue Spencer quien terminó manteniéndolos a raya; incluso teniendo que ir tras ellos cuando se adentraron en una multitud. Dejándonos a nosotros atrás.

Di un suspiro. No era la idea de un "paseo tranquilo" que me había hecho; la chica pelirroja y Logan parecían alguna clase de copia uno del otro que terminó llevándose muy bien. Como juntar las dos partes de un enorme desastre.

Salí de mis pensamientos cuando sentí que algo jalaba de mi manga. Al voltear, descubrí que era ella quien me sujetaba, mientras veía a sus alrededores y se encogía a sí misma—. ¿Sucede algo? —le cuestioné preocupado.

Inesperadamente, ella se sobresaltó, soltándome casi al instante y retrocediendo un poco—. Lo siento, fue un reflejo—se excusó sujetando su propia manga, algo cohibida—. Hay mucha gente.