Capitulo 1

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Valentina Cisneros

Mi cuerpo danza una y otra vez, de acá para allá y en mi rostro se plasma una gran sonrisa con cada paso que doy, giro, doy saltos, me inclino sobre las puntas de mis pies y flexiono mis piernas, estoy en la clase de danza y es la sensación de sentirme en el aire como si estuviera volando muy alto entre las nubes, así como el nombre de la academia, como un "Cisne".

—Muy bien chicas, tomen un descanso y luego retomamos la coreografía —se escucha la voz del profesor Dalton en el salón y nos detenemos.

Caigo en el suelo acostada con mis piernas flexionadas y mis rodillas al aire soltando un suspiro cansado, llevamos una hora sin parar de ensayo y estoy agotada, pero a la vez feliz, acá siempre doy lo mejor de mi y me encanta bailar, siempre ha sido de mis hobbies favoritos, es por eso que papá y mamá me inscribieron desde muy pequeña en clases de danza y desde entonces no he parado de bailar, me siento libre y motivada al danzar y mas aun cuando formo parte del cuerpo de baile que representa a la academia en las próximas competencias nacionales que cada vez están más cerca y por eso ahora debo esforzarme el doble, pero lo haré, gracias a mis años de experiencia con la danza he llegado hasta acá y ahora mas que nunca lo haré todo para no defraudar a mis compañeros, profesor, y sobre todo a mi familia que tanto confían en mi y están orgullosos de lo que he logrado, como siempre me lo dicen, ellos son mi mayor motivación.

Aline y Daniela, amigas y compañeras se acercan a mi, les sonrio mientras me incorporo sentandome y ellas hacen lo mismo a mi lado.

—Estoy tan emocionada que no puedo esperar a que llegue el día de la competencia, ya quiero brillar y deslumbrar a todos sobre el escenario —dice una entusiasta Aline mientras Daniela asiente concordando con ella y yo sonrio.

—Querrás decir que todas brillaremos y haremos una presentación fantástica —aclaro y ella asiente levemente no muy convencida —Yo también estoy muy ansiosa como siempre que tenemos una competencia, y estoy segura que nos irá igual de bien que el año pasado —comento y Aline tuerce el gesto.

—Eso lo dirás por nosotras porque puede que por culpa de Marianna y las otras que la acompañan como sus perritas falderas perdamos la competencia ¿han visto como hacen la coreografía? Parecen un tronco, un tuteque tiene más movimiento que todas esas juntas bailando —se burla, Daniela suelta una carcajada y yo sonrio divertida negando con la cabeza.

—Tampoco exageres, puede que el profesor Dalton les corrija ciertos pasos pero a mi parecer bailan bien, no se porque te desagradan, son buenas compañeras y alumnas —termino por decir y Aline rueda los ojos.

—No las defiendas, te recuerdo que acá tus amigas somos nosotras, y me caen de la patada porque Marianna siempre quiere ser como yo y superarme, pero lo que no sabe es que le falta muchísimo para igualarme, mis pies, mis piernas, mis brazos y toda yo están diseñada para bailar, en cambio esa, ni de que hablar —dice con fastidio.

No digo nada mas, esta claro que Aline siempre creerá que ella es la mejor de toda la academia y no la culpo, todos acá queremos ser los mejores, pero en ocasiones como esta me resulta irritante la actitud de Aline, pero opto por no opinar nada más y en su lugar me levanto para tomar mi mochila y sacar mi botella de agua, me hidrato y vuelvo a guardarla, me seco con mi toalla el sudor de mi rostro y veo allí también un paquete de galletas que he guardado ayer por la tarde y de pronto me entran unas ganas de comerlas, así que lo tomo sin pensarlo.

—¿Les apetece una? —les ofrezco a las chicas y ambas inmediatamente niegan con la cabeza haciendo una mueca de disgusto.

—¿Estas de broma? Yo no comería eso ni porque me dieran un millón de dólares, no voy a arruinar todo mi esfuerzo en esa cosa —

—Ni mucho menos yo ¿sabes cuantas calorías hay en una sola mordida? Tu tampoco deberías comerte eso —me advierte Aline con desagrado y sin darme tiempo a responder se colocan de pie y se alejan hacia los baños mientras yo me quedo allí observándolas con el paquete de galletas en mi mano.

¿Qué tienen de malo las galletas?

Por el contrario es lo mejor de la vida al igual que el chocolate, amo las galletas con locura y seria un pecado si no las como, así que sin pensarlo me deleito con este delicioso manjar comiendo solo la mitad de las galletas y dejando la otra para mas adelante.

En ese momento siento que alguien se acerca a mi por la espalda y me cubre los ojos para luego soplarme en el cuello causándome un leve cosquilleo lo que me hace reír, este gesto lo conozco muy bien y es característico de alguien que adoro, me giro para verlo y el me sonríe dándome un pequeño beso en los labios.

—Ya te extrañaba, no me gusta que nuestras clases sean por separado pero igual estoy feliz de tenerte en el mismo lugar ¿Cómo van los ensayos? —me pregunta Oliver tomando el lugar de las chicas posicionándose a mi lado.

—Me están sacando hasta la última gota de sudor, pero la inmensa felicidad que siento al saber que voy a competir lo recompensa todo —me expreso dichosa —¿Y a ti qué tal te va? —le pregunto yo ahora.

—Me encanta ver a mi novia dándolo todo, de seguro serás la más hermosa —me da un pico — Y en cuanto a mi yo también estoy ensayando full, ya sabes así es esto cuando se acercan las competencias nacionales —responde y asiento, Oliver al igual que yo es un apasionado por la danza y precisamente fue acá donde lo conocí, su amor por el baile fue una de las cosas que me hizo enamorarme de él y después de casi dos años de relación seguimos haciendo lo que nos gusta juntos, aunque en grupos diferentes por lo que el es hombre y estamos divididos en dos grupos, pero eso no es problema para mí, de igual manera lo tengo cerca.

—Y así será, pero ¿sabés que es lo mejor? Que te tengo acá y eres mi inspiración mientras estoy danzando y en cada paso que doy pienso en ti —me pongo toda cursi, pero es inevitable estando con el.

—Estoy fascinado al saberlo, sabes que estaba pensando y ¿qué te parece si salimos juntos por ahí a dar la vuelta mañana por la tarde? —me invita y asiento de inmediato.

—Tendré que pedir permiso, pero de seguro que si, sabes que mis papás no se oponen de que esté contigo —acepto, en ese momento el profesor vuelve a llamarnos a todos.

Nos explica que ha venido una modista para tomar nuestras medidas y hacer la vestimenta para la competencia.

Pasamos cada una, luego de ensayar un poco más finalizamos y todas comenzamos a recoger nuestras cosas para irnos.

—¿Ya ves lo que te dijimos? Todo ese veneno que comes te está poniendo como una gorda al igual que el grupo de Marianna, mediste dos tallas que nosotras y recuerda que nuestros cuerpos deben ser perfectos, así que concéntrate y deja esa basura de lado, bueno adiós Valen, nos vemos mañana —se despiden ambas al igual que yo de ellas, luego de esto me miro al espejo y veo que tienen razón, estoy algo hinchada, lo que me dice que he subido de peso.

—¿Nos vamos? —me pregunta Oliver y asiento...

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Chanti 💕

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