Capitulo 3

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Valentina Cisneros

Estoy acostada sobre mi cama desnuda abrazando a Oliver luego de una intensa dosis de sexo, he decidido dejar lo que pasó anteriormente de lado o bueno por ahora, mañana hablaré con los chicos y me dispuse a disfrutar del momento con mi novio, ambos estamos en silencio y en la habitación solo se escuchan nuestras respiraciones, ambos estamos perdidos en nuestros pensamientos hasta que se escuchan ruidos en la casa y significa que ya no estamos solos, miro a Oliver al igual que el a mi y nos levantamos de la cama de un salto, los dos estamos encerrados en mi habitación y además desnudos, lo que no deja mucho a la imaginación y si mis padres nos ven en esta situación tan embarazosa se me va a armar una buena.

Nos vestimos con rapidez y en ese momento tocan la puerta de la habitación, nos alarmamos al pensar que puede ser uno de mis papás así que a Oliver se le ocurre esconderse dentro de mi armario, algo que no se porque me causa risa pero disimulo y abro la puerta encontrándome afortunadamente con que es Vanessa, mi hermana mayor.

—¿Qué tanto hacías que tardaste en abrir la puerta? —me pregunta inmediatamente entrando a la habitación y yo intento disimular ahora que los nervios me han entrado de pronto.

—Estaba ocupada Vanessa, pero dime ¿qué se te ofrece? —le respondo tratando de sonar de lo más natural pero veo que ella escanea la habitación de arriba abajo con sus ojos y se que sospecha algo.

—¿Qué es eso tan importante que estabas haciendo que olvidaste ir por Valeria a sus clases de dibujo? —me pregunta y abro los ojos como platos, quedé con papá y mamá de que yo iría por ella y con lo de la maqueta, la película y la llegada de Oliver lo olvidé por completo.

—Estaba tan ocupada haciendo un proyecto de la universidad que lo he olvidado, pero por favor no le digas ni a papá ni a mamá porque encima de que se molestaran, comenzaran con su interrogatorio, ya sabes como son —le suplico pero ella no me mira, tiene su mirada puesta en otro punto y cuando llevo mi mirada a donde ella ve, me doy cuenta que la cachucha negra que traía Oliver esta enredada entre las sabanas y ahora no se como explicar eso, luego Vanessa camino hacia el armario abriendolo sin vacilaciones y por supuesto se encuentra con Oliver allí y vuelve a mirarme.

—¿Con qué este era tu proyecto de la universidad? Valentina sabes que si papá y mamá llegan a ver esto no sólo se molestaran si no que le van a prohibir a Oliver la entrada a esta casa, lo sabes ¿no? —asiento —Da gracias a que esta vez fui yo y no, no les diré nada, pero ya sabes lo que no tienes que volver a hacer —me advierte y asiento nuevamente esta vez abrazándola.

—Gracias cuñada ¿ya te he dicho que eres la mejor? —Interviene Oliver saliendo del armario y Vane rueda los ojos.

—Ahora recuerda que papá y mamá ya están por llegar, por si eso también se te olvida y si se les ocurre echarse otro round, bajen a la sala —me dice antes de salir y aunque es mi hermana y ya hay confianza me sonrojo levemente ante esto, aunque al vernos acá era más que obvio, obedecemos y bajamos, ya puedo respirar tranquila, por esta vez estoy salvada.

Al día siguiente.

Camino por los pasillos de la universidad con la maqueta en las manos mirando hacia todos lados en busca de los chicos y los veo sentados en una banqueta conversando, me acerco a ellos y los saludo como siempre pero esta vez los noto distantes aunque me devuelven el saludo y pienso en disculparme por lo que pasó pero en ese instante suena el timbre y ellos se levantan caminando hacia el salón sin dejarme decir una palabra más y no me queda de otra que seguirlos.

Presentamos nuestra maqueta explicando cada uno un punto de esta frente a la profesora y toda la clase, a lo que al finalizar recibimos aplausos por parte de todos y las felicitaciones por parte de la profesora, luego pasamos a sentarnos a nuestros lugares dichosos por nuestra calificación y no nos equivocamos al decir que nos iría magnífico.

Al salir pienso ahora en hablar con ellos si o si ya que durante toda la clase siguieron distantes conmigo y eso me carcome por dentro, más aun cuando se que yo fui la causante.

—Chicos ¿piensan aplicarme la ley del hielo todo el día? Escuchen, si se que estuve mal y no debí dejar que se fueran así, pero ya no se que hacer para que entiendan que con Oliver soy feliz al igual que el debe comprender que ustedes son mis mejores amigos pero ya no soporto ver el odio que se tienen, ya pasaron dos años y nada en relación con Oliver mejora, si no todo lo contrario, díganme ustedes ¿qué puedo hacer para que lo acepten como mi novio? —les pregunto y ellos se miran entre sí para luego poner su atención en mi.

—No tienes nada más que hacer, hemos decidido no oponernos más a tu dichosa relación, entendemos tu posición y se que no es nada cómodo para ti ver como cada vez tus amigos se enfrentan a tu novio, descuida eso ya no pasará, puedes estar tranquila, nosotros ya te advertimos sobre ese tipo y por más que queramos evitarte un dolor debemos dejar que tu sólita te estrelles —comenta Lucca y Coraline se le une.

—Así es, y como tus amigos que te queremos estamos dispuestos a estar acá cuando nos necesites y te des cuenta que ese hombre no te merece, ojalá estemos equivocados pero queremos que sepas que tienes nuestro apoyo y cuatro hombros para llorar y desahogarte —la escucho y se me hincha el corazón con sus palabras.

—Son los mejores amigos del mundo mundial chicos, los amo —los abrazo y ellos me corresponden esta vez gustosos.

—Bueno ya basta de tanto sentimentalismo, me dio aun más hambre de la que ya tenía, vamos a la cafetería —nos dice Lucca tocandose el estómago y vamos hacia allá.

Una vez entramos nos acercamos al mostrador y pedimos nuestros desayunos, Lucca se decide por unos hot cakes con miel y moras acompañado de una malteada de chocolate y unos muffins de vainilla.

¡Diablos!

Si sigue comiendo de esa manera pasará lo que Coraline ha dicho, por su parte ella pide unos waffles con miel y un café mientras yo solo pido una manzana verde.

Ya con nuestros desayunos nos sentamos en una de las mesas y cuando comenzamos a comer ellos solo me miran sin decir nada, a lo que yo frunzo el ceño.

—¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así? —les pregunto.

—¿Eso es lo único que vas a comer? —me cuestiona Coraline y asiento.

—Si, es un desayuno ¿qué tiene de raro? —ellos vuelven a mirarse entre sí como si no creyeran lo que acabo de decir.

—Valen ¿qué es lo que te está pasando? Ahora te ha dado por hacerle el feo a la comida —me pregunta esta vez Lucca.

—No me pasa nada, es solo que he subido unas tallas y próximamente tengo que representar a la academia en las nacionales, así que no puedo estar pasada de peso, por lo que estaré a dieta para estar lista para la competencia —les explico y Lucca niega con la cabeza.

—Creo que estas exagerando, yo te veo perfecta y hermosa como siempre, no tienes porque estarte matando de hambre —

—No, eres tu el que está exagerando, es una manzana, tampoco debo comer como lo haces tu, glotón —bromeo y reímos —Y ya dense prisa que tenemos la próxima clase —...

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Chanti 💕

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