Preámbulo: Promesa.

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    El invierno estaba en su esplendor al sentirse las fuertes ráfagas de viento que desordenaban las hojas de los árboles contiguos al vacío recinto en el cual una sombría figura femenina interpretaba una sencilla serenata. La luz solar se agotaba y era evidente a medida que la tarde se coloreaba de tenues tonos fríos hasta volverse completamente oscura.  Ese mes le resultaba especialmente nostálgico al ser el tiempo en el cual llevaba a cabo una importante misión que repetía año tras año. 

   Su cabello castaño claro era mecido por la delicada brisa que se llevaba las exquisitas notas musicales  del melancólico violín. El tiempo se detenía, nada podía interrumpir ese mágico momento.

O eso creía, hasta que una  voz la sacó de sus pensamientos:

      — Vámonos, Chaewon.

La melodía se detuvo al mismo tiempo que su rostro expresó desilusión al saber que el momento de marcharse había llegado.

     — Déjame llegar hasta el final de esta pieza, por favor.

     — Está bien, pero luego te despedirás... pensar en siquiera pasar la noche en el cementerio no es para nada agradable.

     — Me quedaré un rato más.

     — De acuerdo, Chaewon.

   La soledad la acompañó ya  que quien se encontraba a su lado se perdió entre las lápidas más lejanas.  El sepulcral ambiente parecía menos intimidante gracias a  las hermosas piezas que interpretaba la joven agente de la policía surcoreana, Park Chaewon. Para ella no representaba un misterio el estar rodeada de tumbas  pues a menudo se topaba con la muerte al ser una profesional  destacada en el Servicio de Inteligencia de la Policía, específicamente en la División de Investigación Contra el Crimen Organizado.

   Mas sus ocupaciones estaban separadas de su vida personal: cotidianamente resolvía casos que le demandaban astucia y capacidad de trabajo en equipo, habilidades que pulió durante el aprendizaje profesional de su carrera. En esta ocasión el cementerio no era un sitio para la extracción de evidencia, era más bien, un espacio que le devolvía la paz.

La eternidad consumió el tiempo y cuando las farolas se iluminaron, le indicaron que la noche por fin llegó.

Una voz la interrumpió:

     — Preciosa canción. Así que sigues frecuentando este miserable recinto. 

     — Así es, esto es lo único que puedo hacer para mantener  vivo este recuerdo... 

Una sonrisa de añoranza decoró su rostro y la violinista se agachó por el cansancio de haber estado parada durante horas. 

     — Sé que algún día tocarás una pieza alegre que te invite a reír de nuevo. 

Park Chaewon se recostó sobre la tumba que tenía en frente, entrecerró los ojos y se desvaneció junto a la figura de la joven dama que le acompañaba momentáneamente.

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Nota de la autora: ¡Hola! este es mi primer fic de las muchachas mensuales,  es bastante dramático y un tanto fuerte. Espero les guste :)) será bastante intenso. ¡No se decepcionarán!

Por cierto, las personajes en esta historia son: 

Gowon como la brillante inspectora Park Chaewon.

Gowon como la brillante inspectora Park Chaewon

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