Siempre en mi memoria (Liu, Jeff y tu)

Capítulo 56

*Pov _____*

Me siento mareada, tal vez por el pasado que hubo entre Jeff y Jane. No puedo decir que son buenas personas, pero al mismo tiempo no puedo culparlos. Eran niños que les tocó lidiar con problemas que ni siquiera los adultos tenían. Yo tan sólo me he convertido en un daño colateral más de todas estas historias mal contadas. Entiendo el dolor de Jane, sé de donde proviene su rabia. Desgraciadamente mi corazón siempre estará de parte de una persona.

—Jeff no tuvo la culpa. —Apenas sale la voz a través de mi garganta.

Su cuerpo se tensa frente a mí, tiembla por un instante. Es la rabia explotando dentro de su ser.

—¿Qué no tuvo la culpa? Quemó mi casa, estando mis padres y yo dentro de ella. —Grita exaltada.

—Sabes la historia completa, él no sabía que tu madre y tú estabais allí. Además, ¿por qué defiendes a tu padre? No fue bueno contigo, ni siquiera lo era en su trabajo. Falló como padre, como policía y como persona. —Arrastro las palabras con debilidad, sintiendo que las energías comienzan a escaparse de mi cuerpo.

—¿Y qué derecho tenía Jeff de quitarle la vida? No, mi padre no fue buena persona. Pero, ¿acaso Jeff es un juez, él puede decidir quien merece vivir y quién no? —Sus manos se posan sobre mis hombros, puedo sentir sus uñas incrustándose en mi piel.

Aprieto los dientes de dolor. A pesar de todo, me alivia que no siga haciéndome preguntas buscando información sobre él y nuestra relación. No sé qué tanto sabe pero quizás haya una pequeña esperanza de que no tenga conocimiento sobre Liu, si intentara volver a atacar en la cabaña se vería envuelta en un dos contra uno. 

—Tu padre tampoco lo era y vendió la cabeza de Jeff a cambio de dinero. La siguiente era la de Liu. Recogió lo que sembró. —Escupo con amargura.

Su pecho subía y bajaba lleno de rabia, apuesto a que en este momento quería matarme. Y es normal, estoy defendiendo a la persona que quiero. No es ningún santo, eso está claro pero me parece mucho más legítimo lo que él hizo antes que las acciones del padre de Jane. Si él hubiese sabido que ella y su madre se encontraban en la casa, la historia sería diferente. Tampoco importa realmente lo que yo opine, no puedo arrancar la furia ni el dolor que brota de lo más profundo de Jane. Al final ella también lo perdió todo.

—Mírame a la cara y vuelve a defender las acciones de Jeff.

Su mano viaja hasta su máscara, con lentitud la retira de su cara. Se me encogen las entrañas, un escalofrío pasa por mi espalda lento y tortuoso. Su piel está rugosa, tirante y seca, teñida de manchas que la decoran. Su nariz está deformada y con escasa piel que la recubra, puedo ver parcialmente los huesos de sus fosas nasales. Donde deberían estar los labios solo hay piel irregular que deja entrever sus dientes a pesar de tener la boca cerrada. Las orejas de ella son inexistentes, hay trozos retorcidos de piel junto al agujero de los tímpanos. No hay ni un sólo bello que adorne su rostro, incluyendo pestañas y cejas. 

El corazón me da un vuelco, puedo sentir como las lágrimas amenazan con querer empezar a aflorar. Y me las trago, me las trago porque recuerdo la frialdad con la que asesinó a Smile frente a mis narices. Me las trago porque sigo queriendo a Jeff, porque confío en aquél pequeño niño que huía asustado escondiéndose en callejones y comiendo de la basura. Me las trago porque prefirió ser el villano de la historia antes de permitir que alguien le hiciera daño a su hermano. 

Sonrío con las pocas fuerzas que me quedan.

—Él no tuvo la culpa de la maldad de las personas que le rodearon y estar obligado a defenderse.

Por primera vez veo como su rostro se desfigura aún más del coraje que le habían producido mis palabras. Toma del suelo una piedra de los escombros de la derruida casa. La aprieta con fuerza observándome un instante fugaz, hasta que el movimiento de su mano me indica que va a golpearme con ella. Giro el rostro y cierro los ojos con fuerza.