PEQUEÑA REALEZA | Kosair Trovi y tu | EN PROCESO

III

CAP 3|Irrefutable

Después de que Navier se ofreciera a instruirme en el comportamiento de las altas clases sociales fui con Kosair y Farang a tomar un poco el aire a unas terrazas de alta clase de la zona, Kosair pidió una sala privada donde poder beber tranquilamente.

— ¡No tiene sentido! — grito enojado Kosair — si de algún modo hubiera empujado a esa mujer, ¡de ningún modo habría salido ilesa!

Me limité a escuchar a los dos amigos hablar.

— Yo también vi lo que ocurrió, solo te acercaste con el ceño fruncido — dijo Farang.

— ¿Enserio solo pasó eso? — pregunté.

— Si, y lo peor es que nuestros padres me sermoneáron  en cuánto llegué a la capital. Me rogaron que me comportará como corresponde, porque Navier podría salir afectada si actuaba de forma impulsiva. Así que tuve cuidado.

Tome mi bebida en silencio, hasta que Kosair dio un fuerte golpe a la mesa haciendo que yo pegue un salto del susto. Farang en cambio ni se inmutó debía ya estar acostumbrado a las quejas agresivas de su amigo. Sin duda estos dos eran algo completamente distinto.

— ¡Y miren lo que pasó igual!

Por lo que he visto estos días Kosair es de carácter fuerte e irritante, no parecía ser de las personas que se evitaban peleas ni que se aguantan las ganas de golpear a alguien que se lo merece mientras que Farang era una persona de conducta pacífica e impecable aunque suele ser bastante amigable y relajado siempre, excepto cuando me daba clases.

Estaba tan inmersa en mis pensamientos que dejé de escuchar la conversación. Pero volví a poner los pies en la tierra cuando Farang escupía sobresaltado su bebida.

— ¿Cómo vas a hacer eso sí ni siquiera puedes entrar al palacio? — dijo Farang recomponiendose con tos.

— Debo encontrar su punto débil. Yo no podré entrar al palacio, pero mi dinero y mi poder si — dijo irritado — Y ustedes también.

— Y yo, ella no puede estar metida en el saco.

— ¿Por qué no?

— Porque ya tienes bastante con dar clases con la emperatriz y estar lejos de casa además estuve haciendo algunas preguntas mientras que Kosair y tú estabais con la emperatriz — dijo entre suspiros.

A Kosair se le iluminaron los ojos y miró atento a Farang, me causó algo de gracia ya que parecía un niño pequeño fascinado al abrir los regalos de Navidad.

— Se rumorea que ella en realidad era una esclava antes de llegar a palacio.

— ¿Esclava? — dijo con los ojos brillantes.

— Durante la ceremonia de año nuevo, un tal Visconde Lotteshu dijo algo de que ella era una esclava fugitiva, pero tras una audiencia en privado con el emperador cambió sus dichos y se excuso con que la había confundido  con otra.

— ¿Hay alguna forma de usar eso?

— Será difícil, el emperador fue el que puso fin a esos rumores — salte yo.

— Luego veremos como usar ese punto débil. Contratemos a alguien con esto y pidámosle que vaya a palacio — dijo Kosair poniendo un pequeño saco con gemas brillantes.

— ¿De dónde has-? — Kosair interrumpió a su amigo.

— Estás gemas pertenecían a unos ladrones, si nos descubren será difícil encontrar al dueño.