IX

3K 339 16
                                    

CAP 9| NADA DE BUENOS DIAS

Las primeras luces del amanecer todavía no salían, la oscuridad y el silencio reinaban. Recién había terminado de vestirme y escuchaba las pisadas metálicas de la guardia real paseando por el palacio, vigilando que no haya ningún intruso acechando. Mi objetivo en esos momentos era saltar por la ventana hacia el gran árbol que estaba más próximo, sujetarme de él y bajar con cuidado para evitar morir por caída, después llegaría hasta el establo. Debía ir a buscar al hombre que vi ayer para que me devuelva lo que me había robado de Navier.

Me acerque a la ventana abriendo la de par en par mire hacia mis zapatos los cuales erán tapados por la inmensa tela de la voluptuosa falda del vestido.

«Es increíble que aunque no lleve la crinolina el vestido sigue igual de pomposo»

Me mentalice que debía saltar y poco a poco la adrenalina subía en mi cuerpo. Retrocedí para coger carrerilla decidida a asaltar, corrí hacia la ventana pero me detuve de golpe en el marco.

« Mierda, ¿estoy loca? Es imposible que llegue y aunque llegase sería imposible bajar, la altura es demasiada alta y el árbol ni siquiera tiene lugares donde agarrarse para no caer en bruto al vacío»

«Todavía no hay luz… si voy lo suficientemente silenciosa hacia el establo nadie me pillara, más o menos tengo la idea del camino en mi mente así que podré guiarme en la oscuridad»

Me quité los tacones para poder caminar sin que nadie me escuche y salir de mis aposentos caminando silenciosamente pegada a la pared para evitar encontrarme con un guardia de frente. Camine tranquilamente esquivando los guardias entre pasillos y cuando llegué al jardín corrí entre el césped hasta llegar al establo. Cuando llegué entré despertando a algún que otro caballo sin querer, la brillante luz de la luna entró por un ventanal iluminando a los caballos que había dentro. Busqué una silla de montar y una brida, luego cuando lo encontré me acerqué al primer caballo que vi para colocarle todo lo necesario para cabalgar, luego lo saqué del establo y caminé junto a él hasta llegar a la puerta del palacio.
La verdad fue difícil pasar el muro el cuál era custodiado por los guardias reales, y para ser sincera no sabía ni cómo había logrado salir de palacio con el caballo pero las cosas ya estaban hechas así que me monté en él y corrí con el caballo por las calles del Imperio oriental.

Cuando llegue al callejón me baje tocando el frío asfalto con la planta de los pies. Después de todo no me había traído los zapatos.

Até al caballo a un barandal cercano y me adentre en el callejón en el que estuve ayer para esperar a que llegase el hombre, yo empezaba a perder la paciencia.

De repente oí como se abría una de las puertas cercanas que estaba más a la profundidad del callejón.

— ¿Quién anda ahí?

No hubo respuesta alguna por lo que tuve mi guardia en alto dispuesta a enfrentarme a lo que viniese. No sabía qué tipo de persona podría estar por ahí, quizás solamente era un hombre borracho o quizás quién sabe un violador o un asesino en serie.

Pensar en eso me ponía los pelos de punta.

Y para colmo no era para nada adecuado estar sola por las calles en plena madrugada sin que la luz del sol alumbre el Imperio Oriental. Si alguien me encontraba me metería en serios problemas ya que surgirían todo tipo de rumores sobre una joven que estaba por la calle sin ningún acompañante el cual me proteja, me podrían ver como una prostituta y de todas formas aunque me viesen con alguien igual habría un malentendido diciendo que yo estaría teniendo roces antes del matrimonio con alguien, y ni hablar de que terminaría manchado el apellido Trovi solo por ser alguien "cercana" a la familia.

PEQUEÑA REALEZA | Kosair Trovi y tu | EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora