PEQUEÑA REALEZA | Kosair Trovi y tu | EN PROCESO

XXVI

CAP 26

Golpee al tipo en el estómago haciéndolo retroceder de dolor.

¿Cuándo pararan estos estúpidos secuestros?

El hombre se volvió a abalanzar deteniéndome, por su peso caí al piso con él aplastándome, intente quitármelo de encima pero no lo lograba, él tenía más fuerza que yo y eso me empezaba a estresar. Logre golpear la espinilla haciendo que su agarre se aflojara. Aproveche para quitármelo de encima, me levanté rápidamente e intentando huir pero el atacante me agarró del tobillo haciendo que vuelva a caer al suelo, me di la vuelta y con unos de mis pies lo golpee lo más fuerte que pude utilice los poco segundos de sensibilidad para soltarme de él, aproveché para correr en dirección al bosque para intentar perderle la vista, pero poco podía hacer ya que en menos de 10 segundos volvía a tener al tipo detrás mía, casi alcanzándome.

Intenté perderlo entre los árboles pero lo único que conseguí fue manchar y rasgar la falda, eso sin contar que había perdido distancia con él, lo peor era que mis piernas empezaban a temblarle.

¡Qué mierda de aguante físico tengo!

- ¡Ríndete de una vez, no conseguirás perderme y lo único que lograrás es agotarte! - me gritó el hombre.

- ¡Me niego a los gilipollas! - solté antes de utilizar mi último aliento para acelerar un poco más mis pasos.

«Debo de buscar un palo o algo para defenderme»

Cuando logré encontrar algo me detuve para agarrarlo, era un trozo de roca, la sostuve en alto sin titubear y lo miré amenazante sin miedo a atacarlo.

- Baja eso preciosa - dijo el hombre mirándome con el mismo aire amenazante.

- Lárgate y déjame en paz - ordene el sonrió y negó.

- No te tengo miedo niña, alguien como tu no es capaz de atacar a nadie.

El señor se empezó a acercar a mi sin una pizca de cuidado, el creer que no soy capaz es algo poco inteligente de tu parte. El hombre cada vez se acercaba más poniéndome tensa pero no retrocedí, el hombre cuando estuvo lo suficientemente cerca de mi intento agarrarme pero yo no dude en tirarle la roca en la cara, un gran crujido llegó a mis oídos y el hombre rápidamente se llevó la mano a la nariz con un grito desgarrador.

- ¡Maldita zorra histérica! - me gritó mientras su nariz sangraba. El hombre me dio una patada con fuerza haciendo que me estampase en un árbol.

Me di un golpe en la cabeza el cual me hizo marear pero tan rápido como me recuperé volví a estar de pie, el hombre había agarrado una gran rama de árbol que estaba cerca y me lo intentó propiciar mientras el seguía con la cara ensangrentada de la mosqueta, logre detener el impacto con mi antebrazo por el fuerte golpe el palo se rompió en dos, yo volví a agarrar la roca y a lanzarse esta vez el hombre lo consiguió parar con la palma de su mano, esta callo al piso.

Un par de golpes después logré ponerme encima de él con la roca en mano la mantuve en alto, si lo soltaba caería en su cara.

- ¡Quítate de encima puta loca!

- ¡Cállate! - le grité con furia - ¡Cuando despiertes dígale al señor Flanders que me deje en paz de una puta vez!

El hombre frunció el ceño con desconcierto y yo solo le propuse la piedra de nuevo al rostro, al momento del impacto el hombre el cual estaba inmovilizado dejó de intentar forcejear, lo había dejado cao.

Me levanté totalmente ensangrentada, mientras respiraba con cansancio y empezaba a caminar en dirección a palacio nuevamente.

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