XXVII

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CAP 27 | UNA CENA INOLVIDABLE

Ergi me tendió la mano para bajar del carruaje pero inmediatamente llegó Kosair tendiendo e igual la mano. Yo mire a los dos perpleja, desvíe mi mirada encontrándome con Adelaida mirándome fijamente, no expresaba ninguna emoción pero debía de estar enojada conmigo después de todo le había quitado la atención de su prometido y para colmo nos habíamos besado.

«Aunque bueno, yo apenas reaccione pero aún así tengo la culpa porque me beso dos veces y mi mente no puede para de desear volver besarlo»

Pegue un brinco para bajar del carruaje los dos hombres se quedaron desconcertados al ver que les había ignorado y me acerqué a la señorita Adelaida para darle una reverencia de mi parte, la mujer me imito incómodamente, yo rápidamente seguí mi camino directa al establecimiento. Todos se quedaron mirándome con confusión antes de empezar a seguirme, escuche a mis espaldas como Adelaida y Ergi se saludaban.

Un trabajador nos guió a una mesa del refinado restaurante, Ergi se sentó al lado mía y puso su brazo sobre mi hombro, Kosair retiró hacia atrás la silla para sentarse pero la señorita Adelaida se apresuró a sentarse en la silla que había retirado a mi lado, los dos se dirigieron una sonrisa algo incómoda y Kosair no tuvo más que sentarse al frente mía algo que no se si era mejor ya que podía sentir su mirada en mí en todo momento algo que me ponía de los nervios.

«¿Acaso no nota que su prometida me está matando con la mirada?»

«¡Duque idiota, me vas a meter en problemas!»

El mesero se acercó a nosotros y les entregó a Kosair y a Farang el menú.

— ¿Qué te gustaría comer preciosa? — dijo Ergi mientras jalaba abruptamente la silla en la que estaba para acercarme mucho más a él.

El chirrído se escuchó en toda la sala captando la atención de muchos, Ergi no le importo las atentas miradas de la gente simplemente me estrujo más contra el dejandonos a una distancia poco imprudente.

— Ven para aquí Ade- — Kosair iba a acercarla a él como Ergi lo hizo conmigo pero de repente Adelaida le dio un suave empujón rechazando el contacto, algo no muy propio de una pareja feliz de prometidos.

— No.

«Sin duda debe de estar enojada conmigo...»

Kosair asintió dejándola tranquila, la chica agarró la carta y empezó a mirarla en silencio.

— Que momento más incómodo, ¿no crees linda? — me susurro al oído.

— S-Si — murmure.

Minutos después llegó un hombre a preguntarnos lo que íbamos a pedir.

— Yo pediré estos dos platillos, esta belleza — dijo agarrando mi mano mientras me daba una pequeña mirada — pedirá la especialidad de la casa junto al plato número 2 y los dos tomaremos vino.

— Pero a mi no me gusta el vino — murmure.

— Este te gustara — dijo antes de darle paso a nuestros acompañantes a pedir.

— Yo pediré lasaña y una jarra de cerveza — pidió la señorita Adelaida.

Todos la miramos desconcertados, no es común que una mujer pida para ella es más común que el hombre pida el nombre de la mujer ya que es algo caballeroso y aunque eso me parece estupido es parte de la ética de esta sociedad.

Kosair pidió para el mismo mientras Adelaida le dirigía una mirada antes de girarse a mi para hablarme.

— Señorita ______, usted no es de aquí, ¿verdad? — me dijo Adelaida, yo asentí levemente — la duquesa Trovi me dijo que eras del norte pero no se nota que seas una extranjera.

PEQUEÑA REALEZA | Kosair Trovi y tu | EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora