XXXIII

1.3K 92 24
                                    

CAPITULO 33 | ENCUENTRO SORPRESIVO

Le dirigí mi mirada más fría a Kosair el cual solo me miraba con pena mientras me arropaba. A la mañana siguiente volvería con Navier para ayudarle a supervisar los decorados del baile, Kosair junto a Farang se quedaría unos pocos días más para resolver ¡MI! problema y después volverían a oriente. Me habían negado la ultimas noticias sobre el causante del asesinato de mis padres. Me habían excluido de mi propia vida y estaban tomando decisiones sin tomarme en cuenta.

Me limite a descansar esa noche para a la mañana siguiente levantarme, Kosair se encontraba en la cocina cocinado mientras que Farang escribía en la mesa. Al verme los dos dijeron al unísono "Buenos días" incómodamente, era una reacción normal después de todo ayer yo les había dicho hasta de que se iban a morir.

— Siento lo de ayer — dije desviando la mirada.

— No te preocupes — contestaron los dos.

Parecían más aliviados por mis disculpas, quizás se creían que ya no estaba a enojada.

Me acerque a uno de los armarios y saque algo para desayunar, note la presencia de Kosair tras de mí, luego acarició mi cabeza mientras que con la otra mano agarraba el azúcar que estaba dentro del mismo armario. Yo aparte su mano y el pareció sorprendido al ver como lo alejaba.

— Preciosa, aun...

—No me llames preciosa —dije fríamente. Lo vi tensar su mandíbula mientras me miraba con pena, yo aleje de al para luego salir de la casa con un trozo de pan en la boca

— No te vayas muy lejos, dentro de poco llegará el carruaje que te llevará con Navier — dijo Farang, yo le dirigí una mirada asesina antes de que cerrará la puerta tras de mí.

Camine rumbo hacia la plaza mayor tranquilamente, mientras pasaba escuchaba los murmullos de la gente que me miraba pasar, lo cierto era que me había ganado una familia de busca problemas acompañada de Kosair, "el matón", aunque claro la gente lo perdonaba por ser hombre y tener un gran atractivo.

«Malditos misóginos»

Al llegar a la plaza mire los puestos llenos de baratijas, joyas exportadas desde algún lugar que ha saber donde esta, libros y flores. Camine entre los puestos repletos de miradas juzgadoras y atrayentes, los comerciantes se acercaban a las jóvenes de buen ver para atraer su atenciones y quizás les comprasen algo. Las actitudes coquetas de estos también agradaban a las muchachas las cuales le solía responde con sonrisas y meneando el pecho.

— Oye, las tiendas para la gente de tu clase están a calles más abajo — soltó una señorita de cabello rizado planteándose delante mía, yo la ignoré esquivando la, no era la primer vez que trataba con gente de su tipo — ¡Oye! ¡¿quien te crees para-?!

Las palabras de la chica se detuvieron abrupta al sentir como algo rozaba mi cabello. Me gire para ver que había ocurrido cuando vi al joven del otro día, me disponía a salir corriendo cuando sentí que tomaban mi muñeca, era el chico el cual no le quitaba la mirada a la joven de pelo rizado.

— ¿Por qué no le pides disculpas Giselle?

— ¿C-Como se atreve a tutearme? — soltó la chica — Conde Roig no puedo creer que siga con estas niñerías de juntarse con los de esa clase.

«Espera, ¿Conde Roig? »

Mi mirada inmediatamente fue de la mano del chico a su nuca, el no me miraba, estaba hablando con la chica la cual no parecía muy contenta.

Yo seguía ahí estática recalcando la información que me acabe llegar, era imposible que él fuese Damián. Era una persona totalmente distinta.

Su cabello que antes era liso y brillaba por lo grasiento que era estaba rizado, el cuerpo que parecía un fideo ahora era grande y estaba ejercitado, el acné de su rostro había desaparecido, sus brazos ahora parecían firmes y cálidos, mientras que sus ahora manos grandes parecían ser suaves al tacto. Lo único que parecía no haber cambiado eran sus pecas y su característico hoyuelo que se había grabado en mi memoria.

PEQUEÑA REALEZA | Kosair Trovi y tu | EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora