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CAP 5 | CONVIVIENDO CON ANIMALES.

Caminé a la par de mis conocidos, querían ir a tomar a una de las cafeterías que estaban a las afueras del parque. Pero en nuestra caminata vi una tienda al otro lado del estanque, era como una especie de cabaña donde vendía comida.

— ¿Y si vamos ahí? — Señale la cabaña a la lejanía.

— No es lo más seguro para Navier — me contestó Farang.

Me sentí decepcionada.

— Bueno, los guardias están vigilando nos en la lejanía… —  dijo Navier — podríamos ir por una vez.

— ¿Estás segura? — pregunté, Navier asintió.

Nos encaminamos al otro lado del estanque, cuando llegamos a la cabañas dónde pendían la merienda entramos todas la miradas de los clientes del local nos miraron sobretodo a Navier, la miraron maravillados de lejos no despegaba su vista de ella. Aunque ella tuviera todas esas miradas encima su compostura no se vio afectada.

«Debe estar acostumbrada a ser el centro de atención, si yo estuviera en su lugar estaría muerta de nervios»

Pedimos lo que queríamos y después nos sentamos en las mesas que había afuera.

Farang y Navier se sentaron, yo iba a ser lo mismo pero Kosair me tocó el brazo llamándome.

— Ven, acompáñame.

— Para que — sone más fría de lo que quería.

— Quiero mostrarte algo.

Le iba a decir que no pero Navier estaba presente y se terminaría dando cuenta de que estaba evitando a su hermano.

Suspiré agotada y lo seguí.

Kosair me llevó a un pequeño muelle que había cerca de la cafetería en dónde nos habíamos sentado.

— ¿Por qué me evitas?

—  Esto debe ser una broma, ¿enserio no sabes porque no te hablo?

— No tengo ni la menor idea.

Suspiré enojada y me di la vuelta dispuesta a largarme pero Kosair me detuvo.

— Perdón.

— ¿Por qué, no sabes ni porqué no quiero hacerme a ti ?

— Pero si estás enojada debe ser porque he hecho algo mal así que te pido perdón.

Lo miré de arriba abajo analizando las intenciones.

— Está bien, acepto tus disculpas — Kosair me sonrió con arrogancia.

«¿Qué tramaba?»

— Me alegra que las aceptes porque quería pedirte un favor.

— No.

— ¿No qué?

— No voy a hacer el favor de hecho, no quiero que te me acerques.

— Pero si me has perdonado.

— Tu lo has dicho, te he perdonado pero no quiero tener que ver nada contigo.

— Venga ya porque te pones así, deja de ser tan necia.

— Yo no soy la necia, tú lo eres. Mis ideas son totalmente correctas.

— Como sea déjate de niñerías.

Fruncí el ceño y empecé a inhalar y exaltar para calmar las ganas de darle una cachetada.

PEQUEÑA REALEZA | Kosair Trovi y tu | EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora