PEQUEÑA REALEZA | Kosair Trovi y tu | EN PROCESO

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CAP 10 | WINTER'S BALL

Las doncellas de la emperatriz correteaban de un lugar para otro alistándome. Cada una hacía algo distinto, me colocaban el miriñaque, me maquillaban y me peinaba ya que se nos había hecho algo tarde. Cuando terminaron de vestirme salimos rápidamente de mi habitación y correteamos por los pasillos, Navier nos esperaba en la puerta de palacio lista para despedirme.

— Por fin llegáis, ¿dónde está la diadema que te di para que la repararan? Quiero que te la pongas para tu primer baile.

— Oh,emm, la tiene Kosair se la di ese mismo día porque me lo encontré por la calle, él dijo que se la llevaría a reparar y me la traería.

—¿Por la calle?, tiene prohibido estar por la capital.

—Me refiero a que me encontré a Farang.

— Oh, ya veo, bueno…

Podía notar la sospecha en la voz de la emperatriz pero la ignoré prefiriendo no indagar en el tema.

— Te ves perfecta, sin duda vas a deslumbrar a todos en el baile.

Navier me agarró de los hombros para que la mirase fijamente.

— Recuerda mantener los modales, no te quedes sola con ningún hombre si no hay alguien supervisando, sé tan encantadora como lo eres siempre  y socializa. Estás soltera así que si un joven de buen aspecto te invita a bailar no dudes en aceptar.

— Pero todavía no me he presentado en sociedad.

«Ni se bailar»

— Eso no importa, avivaras la llama del  cortejos — Navier puso un mechón suelto detrás de mi oreja y luego me levantó el mentón — mantén la mirada en alto y con orgullo. Deja que todas y cada una de esas personas vean tu belleza.

Sonreía los halagos de la emperatriz para luego subir al carruaje me despedí de Navier mientras ella me recalco la lista de modales ante la alta nobleza.

— Que te vaya bien y diviértete.

Y después de esas palabras de su majestad me encaminé hacia el lugar del festejo, Kosair ya debería estar esperándome allí así que el cochero intentó con todo su ser llegar lo más rápido posible.

Tenía ganas de ir, era el primer baile al que asistía y quería que fuera perfecto. Y sobre todo enorgullecer a Navier, quiero que cuando vuelva esté totalmente contenta y orgullosa de mi, no haberla decepcionado.

Cuando logramos llegar el cochero no me dejó bajar en cambio se fue a buscar a Lord Kosair dejándome encerrada en el carruaje. Minutos después llegó el cochero junto a mí acompañante el cual me abrió la puerta y me tendió la mano para bajar.

— Gracias.

Cuando ya tenía los pies en el suelo firme, Kosair me echó una ojeada y frunció el ceño.

— Ese no es ninguno de los vestidos que te envié…

— Navier no los veía adecuados así que me ha retocado uno suyo.

— Ya veo… — dijo sin dejar de mirarme.

Quizás se siente decepcionado de que no me haya puesto ninguno de los vestidos que mando, después de todo se podría malinterpretar con que desprecie los vestidos.

— Pero los vestidos que mandaste me gustaron — mentí.

— ¿A si? — asentí — pues la verdad doy las gracias a mi hermana por darte uno de sus vestidos te ves increíble.