DÉCIMO SEGUNDA PARTE

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 «"Stark..."» Una voz familiar que comenzó como un susurro en el fondo de su conciencia atrajo su atención a algún punto distante dentro de la oscuridad de sus párpados.

«Vamos Stark, es otra misión de apoyo, volveremos a casa después de esto». La risa familiar de uno de sus colegas llegó nítida hasta sus oídos. «Hemos estado fuera por meses, seguramente el viejo lobo de mar nos dará vacaciones pagadas».

—"Podré volver a casa con mi esposa y mi hija para su cumpleaños" —, Burkov, uno de los más jóvenes del escuadrón sacó de una de las bolsas de su uniforme la fotografía de una preciosa niña de ojos claros y cabello rubio, pasándosela a la Capitana, sentada a un lado de él dentro de la camioneta. —"Su nombre es Irina, cumple cuatro años dentro de un mes".

La chica pelinegra liberó una de sus manos del arma que cargaba y tomó la foto que Burkov le extendía.

—"Realmente se parece a ti, es muy linda. Y estará feliz de ver a su padre para su cumpleaños" —, Eve le devolvió la foto a su compañero y regresó la vista al camino.

—"¿Qué hay de ti, Stark, quien te espera en casa?" —, otro hombre, Ilyich, quien estaba sentado frente a su Capitana la observó con una media sonrisa.

Ella soltó un suspiro antes de responder.

—"Si tengo suerte, Kilesso habrá terminado su rondín con Ares para cuando volvamos" —, echó la cabeza hacia atrás con cansancio y guardó silencio unos segundos.

—"¿Qué pasó con ese chico, Tolokonsky? Creí que estaban saliendo" —, Burkov giró la vista a su Capitana que descansaba la cabeza en la pared del auto.

—"Era un patán, lo dejamos" —, respondió como si de nada se tratase. —"Ni siquiera era mi tipo" —, rió con auténtica diversión y se enderezó cuando el vehículo cruzó por un bache del camino.

—"Te invitaremos una cerveza cuando volvamos, brindaremos por otra misión exitosa" —, la risa ligera de un tercer recluta, Chapayev inundó la camioneta donde viajaban.

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«"Capitana Evgenia Stark"», sintió un tirón en el brazo que la puso de pie y la obligó a abrir los ojos.

Bajo el calor del sol abrazador, la voz gutural de un hombre había resonado en sus tímpanos cuando la llamó por su nombre en un kurdo pronunciado que ocultaba casi por completo el acento árabe del idioma.

Akkan Ayranci, el entonces líder del grupo terrorista que había emboscado a su escuadrón en la misión de Irak estaba frente a ella bajo un pequeño campamento a pocos metros de donde se encontraba parada, vestido como un hombre rico de Irak, el dastar alrededor de su cabeza era de color negro, lo que indicaba que el hombre se consideraba un descendiente directo de Mahoma, vestía una túnica hasta los tobillos de color blanco casi inmaculado y unas sandalias de cuero nuevo.

La observaba con arrogancia y podría jurar que hasta un poco de molestia reluciendo en la punta de los iris.

Había un hombre a cada lado y dos más atrás de ella. Todos portaban grandes armas y un dastar de color azul alrededor de la cabeza. Evgenia apenas podía mantener los ojos abiertos por el intenso sol que yacía en el punto más alto del cielo a esa hora del día.

Akkan la miraba embelesado por el brillo que él consideraba celestial emanando de la piel pálida de la Capitana bajo el sol y los zafiros que relucían como ojos en sus cuencas.

—"Capitana, se le acusa de infiltración y actos terroristas por parte y orden de la milicia soviética. Su escuadrón ha sido capturado y será ejecutado junto con usted como castigo y aviso a sus superiores" —, la misma voz volvió a alzarse y esta vez, Eve pudo identificar que venía del hombre sentado bajo la sombra de una carpa.

Master Mind || ©ReidstarkgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora