TRIGÉSIMO QUINTA PARTE

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Eve logra infiltrarse en la casa de los Hotchner de manera sigilosa desde una ventana accesible desde el patio trasero, una vez dentro de la casa, puede escuchar la voz aguda de un niño y una más grave, que asume es la de Aaron.

Cuando está a punto de salir para encarar a Foyet, un pequeño niño, rubio y de ojos claros entra en la habitación, chocando con las largas piernas de la Agente.

Ella rápidamente se agacha a su altura y le pone suavemente una mano sobre la boca.

—"No hagas ruido, ¿de acuerdo?" —, ve al niño asentir, sus ojitos muestran miedo y confusión. —"Me llamo Eve, soy amiga de tu papá, Jack".

—"¿También trabajas conmigo y papá en este caso?" —, pregunta el pequeño en voz alta.

—"Ssshhh" —, pide ella en un tono dulce y bajo. —"Si, también trabajo con él, estoy aquí para ayudarlos" —, Constantemente, mientras hablan, ella mira por encima del hombro del pequeño, en caso de que aparezca Foyet por la puerta. —"¿Qué estabas haciendo?".

—"Trabajando en el caso, por supuesto" —, contesta inocentemente y señala el baúl que estaba junto al escritorio que Eve asumió, sería el de Hotch. No era difícil identificar el riguroso y pulcro orden de las cosas.

—"De acuerdo, escucha, te voy a pedir algo muy importante" —, espera a que el pequeño asienta para continuar. —"Necesito que cuides esto por mí, ¿puedes hacerlo?" —, mientras habla, se quita el chaleco antibalas que llevaba sobre el traje y se lo pone al niño. —"Es una pista muy importante y no quiero perderlo".

—"Lo cuidaré muy bien" —, sonríe el pequeño y permite que la agente le coloque el chaleco.

—"Confío en ti, Jack, cuídalo muy bien, y pase lo que pase, no te lo quites" —, pide finalmente y observa como Jack se mete cuidadosamente dentro del baúl, cerrándolo en silencio.

Eve exhala para apaciguar el nudo en sus entrañas y observa el contenedor, con algo parecido a la tristeza que le empaña los ojos. Viendo un espejismo del pasado, viéndose a si misma, a una pequeña e indefensa Eve, asustada y perdida en la oscuridad de un baúl.

«Aaron, has criado un gran hijo».

Cuando logra aclarar su mente, se acerca de nuevo al borde de la ventana y asoma la cabeza.

Ares la espera afuera, sentado con la vista en el marco. Cuanto ella aparece y le silba, el perro rápidamente acata la orden y de un salto limpio, entra al estudio.

—"Protégelo" —, ordena la Agente, palmeando el baúl dos veces.

Ares entiende la orden y se sienta frente al contenedor, con la vista fija en la puerta, desde donde Eve le da órdenes.

Asoma la cabeza al pasillo y nota que al final del corredor, está la habitación, desde donde provienen las voces. Aprovecha el sigilo que le da la alfombra y la pared que cubre la vista desde adentro para acercarse todo lo posible, hasta que está detrás del marco de la puerta.

—"Prométeme que le dirás como nos conocimos" — pide Haley, con la voz completamente rota y sin hacer ningún esfuerzo por no llorar. —"Y cómo me hacías reír".

—"Haley" —, solloza Hotchner.

—"Que sepa que no siempre fuiste tan frío, Aaron" —, entre lágrimas, Haley sonríe, emocionada al recordar los buenos momentos. —"Quiero que crea en el amor, porque es lo más importante. Debes enseñarlo, ¿me oyes?, prométemelo".

«Haley...». Stark permanece detrás del marco, con el arma entre sus manos, sintiendo como su propio corazón se parte al pensar que Haley realmente está aceptando su muerte y despidiéndose de Aaron, con la única enmienda de «háblale de amor».

—"Lo prometo" —, responde Aaron, y un sollozo escapa de su boca.

Haley siente el frío acero del cañón del arma, y sus jadeos se intensifican, siente mucho miedo, está aterrada, pero lo ha aceptado, por Jack, por Hotchner, y porque sabe que nada de esto es culpa de ninguno, sino de un loco que se obsesionó con arruinar la vida de un buen hombre.





Dos certeros disparos.





Todo el quipo escucha las detonaciones, justo antes de que la llamada se corte. García se sobresalta y su rostro rápidamente se contrae en un llanto lastimero.

Emily y JJ bajan la vista y aprietan los dientes para no llorar también

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Emily y JJ bajan la vista y aprietan los dientes para no llorar también.

Aaron cierra los ojos y baja la cabeza por apenas unos segundos, después lanza el teléfono con impotencia, que rebota contra el tablero y cae al suelo

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Aaron cierra los ojos y baja la cabeza por apenas unos segundos, después lanza el teléfono con impotencia, que rebota contra el tablero y cae al suelo.

Rossi solo observa el comunicador de su camioneta, después observa a Morgan, que le regresa la mirada, ninguno sabe como reaccionar

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Rossi solo observa el comunicador de su camioneta, después observa a Morgan, que le regresa la mirada, ninguno sabe como reaccionar.





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—"Y no sé qué sucedió después de eso" —, admite Morgan, observando algún punto detrás de Strauss. 

Master Mind || ©ReidstarkgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora