Master Mind || ©Reidstarkgi

DÉCIMO NOVENA PARTE

—"Estuviste en mi casa, ¿no?" —, preguntó Hotchner a la agente que estaba con él, una vez pudo sentarse con la espalda recta en la camilla. Eve asintió en silencio. —"¿Puedes decirme cómo entró?" —, pidió con una voz serena.

Eve se cruzó de brazos casi inconscientemente. —"La verdad no" —, sintió un nudo en el estómago al decirlo. Sentía que le estaba fallando a Hotch al no tener las respuestas que necesitaba, como si su trabajo no hubiera valido la pena. La mirada severa que el agente en la camilla le devolvió solo hizo crecer el nudo en su interior.

Se tomó un momento para respirar y tratar de mantenerse profesional.

—"¿Quieres hablar de lo que pasó?" —, preguntó de nuevo, temerosa ante la expresión inamovible de Hotchner.

—"No lo sé" —, contestó finalmente después de unos segundos de silencio en donde tuvo que apartar la vista de la chica antes de que alguna emoción se pudiera filtrar en sus ojos o en su rostro. —"Me apuñaló la primera vez, y todo se nubló" —, respondió, alzando los ojos para clavarlos en el brillante celeste de los de ella.

Por algún motivo, Hotch encontró un aura de confianza que flotaba alrededor de las palabras y las acciones de la agente frente a él. Por lo que sabía, era ella quien lo había encontrado en el hospital y quien se había ofrecido a permanecer acompañándolo mientras el resto se encargaba de su familia, y, aun así, lo mantenía informado y le daba ánimo y apoyo.

La observó en silencio por un rato mientras ella apoyaba la espalda en el marco de cristal de la habitación y miraba algún punto lejano del pasillo. De pie, en esa postura, casi parecía una estatua, su respiración apenas era perceptible por encima del chaleco que llevaba puesto, y se mantenía tan quieta, que cualquiera habría pensado que era parte de la decoración.

—"Stark" —, la llamó después de unos minutos. Eve volteo y enseguida regresó a su lado en la camilla.

—"¿Qué sucede, todo está bien?" —, la agente revisó con la vista rápidamente todas las vendas de Hotchner para asegurarse.

Antes de que Hotch pudiera agradecerle por todo lo que había hecho hasta ahora, ambos se vieron obligados a guardar silencio cuando Haley se acercó a la puerta y cruzó el marco de cristal, en silencio y jugueteando con sus manos.

Eve se alejó de la camilla y se acercó a ella, le dio un amigable apretón en el hombro y después los dejó solos para que hablasen.

—"¿Cómo te sientes?" —, preguntó, apoyando las manos en el límite de los pies de la camilla.

—"Voy a estar bien" —, respondió él, con un hilo de voz. —"¿Te explicaron que está pasando?" —, volvió a preguntar, con un tono más severo. Haley asintió.

—"Dijeron que el servicio federal nos sacará de aquí y nos pondrá en custodia protegida" —, respondió la señora Hotchner.

—"Haley, lo lamento" —, Aaron se disculpó. Ambos se miraron por unos segundos sin decir nada más.

—"¿Sabes a dónde quieren llevarnos?" —, Haley fue la primera en volver a hablar.

—"No, no sé, y ese es el punto" —, contestó Aaron, mirándola con algo parecido a la pena. —"No sé a dónde irán. Si tienes contacto con alguien, él podría rastrearlos".

Algo dentro de Haley se quebró por un momento frente a su ex esposo.

—"Jack tiene amigos, tiene escuela, y yo un empleo" —, la voz de la mujer temblaba, sin saber si era de enojo, impotencia o auténtico miedo.

—"Lo sé, y lo siento" —, Hotch suspiró con la misma indescifrable expresión que Haley. —"Lo atraparemos, y te prometo que voy a pasar el resto de mi vida compensándotelo" —, admitió con dolor en la voz y finalmente su expresión se suavizó.