Capítulo 11

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"Tercera prueba"

Narrador.

-¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! Permítanme que les recuerde el estado de las puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada uno... ¡La señorita Venus Potter, el señor Cedric Diggory y el señor Harry Potter, los tres del colegio Hogwarts! -los aplausos y vítoreos provocaron que algunos pájaros salieran revoloteando del bosque prohibido y se perdieran en el cielo cada vez más oscuro- En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡el señor Viktor Krum, del Instituto Durmstrang! -más aplausos- Y, en tercer lugar, ¡la señorita Fleur Delacour, de la Academia Beauxbatons!

Venus estaba tan nerviosa repasando los hechizos que había aprendido en voz baja que no se dio cuenta de sus amigos que gritaban a todo pulmón apoyándola.

-¡Entonces... cuando sople el silbato, entrarán Venus, Harry y Cedric! -dijo Bagman-Tres... dos... uno...

Dio un fuerte pitido, Venus, Harry y Cedric penetraron rápidamente en el laberinto.

Los altísimos setos arrojaban en el camino sombras negras y, ya fuera a causa de su altura y su espesor, o porque estaban encantados, el bramido de la multitud se apagó en cuanto traspasaron la entrada.

Venus suspiro pesadamente mientras sacaba su varita y conjuraba «¡Lumos!». Al contrario de Cedric y Harry, la rubia tomo un camino totalmente distinto, el camino en donde se habia metido parecía completamente desierto. Repentinamente se sintió mareada y que alguien la vigilaba, se dio la vuelta para comprobarlo pero no vio a nadie.

Se quedo quieta por un segundo pensando que hacer.

-¡Orientame! -le susurró a su varita, poniéndola horizontalmente sobre la palma de la mano.

La varita giró y señaló hacia la derecha, a pleno seto. Eso era el norte, y sabía que tenía que ir hacia el noroeste para llegar al centro del laberinto. La mejor opción era tomar la calle de la izquierda, y girar a la derecha en cuanto pudiera.

También aquella calle estaba vacía, y cuando encontró un desvío a la derecha y lo cogió, volvió a hallar su camino libre de obstáculos.

El camino libre, la sensación de vigilancia y la oscuridad no era una buena combinación. Definitivamente algo no iba bien.

Deseando salir del laberinto rápidamente y llevandose con ella la copa, Venus se apresuro y doblo en una esquina.

Mala idea, muy mala idea.

Draco Malfoy camino hacia ella furioso, él nunca se había puesto asi con ella.

-Nos has dejado morir a todos, mirame -pidió señalando la sangre que salia de un corte bastante grande en su estomago- No eres diferente a ellos, por eso estas en Slytherin. Eres como Voldemort, Tessa.

Venus dio un paso atrás tropezando y termino en el suelo. La rubia nego mientras las lágrimas corrian por su mejilla.

-Draco te juro que no...

-Te odio por hacerme esto, te odio y hubiese deseado no tenerte como amiga. Eres una desgracia, en todo lo que haces fracasas...

Venus volvió a negar mientras se levantaba del suelo y luego escuchó la voz de Draco Malfoy en su cabeza como por arte de magia.

«Es un estúpido boggart, no voy a morir»

Eso era, solo un boggart. Draco nunca le hubiese dicho algo asi.

-¡Riddíkulo! -se oyó un golpe, y estalló en una voluta de humo.

Venus siguió, avanzando todo lo rápido y sigilosamente que podía, agudizando los oídos, con la varita en alto.

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