Grace estaba caminando junto a Julian, ambos teniendo una plática amena. El jovencito de cabello largo le sonreía un a qué otra vez cuando la pelirroja le había un comentario con humor, pero aún así, no era suficiente para subir sus ánimos.
—Aunque en las escuela era distinto.
La pelirroja notó que el menor no prestaba atención, en lugar de enojarse solo preguntó qué sucedía.
—Creo...no lo sé. Es que con todo lo que me ha pasado estos meses —Volteó a la chica. Su cara era desanimada. —no entiendo mi vida. No sé quién soy, no sé que estoy haciendo con mi vida. Es algo que me causa mucho conflicto y...he estado pensando en muchas cosas.
—¿En qué?
—Que extraño mucho a Paul. Siento que él es mi casa.
La muchacha sonrió con ternura y asintió.
—Seguro que si. Apuesto a que él siente lo mismo.
—No. Yo he dicho cosas muy malas que solo lo han herido.
—Y si lo hiciste tal vez deberías pedir disculpas.
—No tengo los suficientes cojones para decirle que lo siento, mucho menos que lo extraño mucho.
—Hey, mira. —La chica se acercó a él y le robó un beso. Julian se quedó quieto, casi le daba un infarto. —Ya me atreví a besar al tipo que me gusta, tú deberías tener los suficientes "cojones" para pedirle disculpas a tu padre. Así que no seas un imbécil e inténtalo.
—Me...
—Si. ¿No escuchaste lo demás?
—Eh, si. —Julian se volteó para ocultar su sonrojo y la pelirroja empezó a besarle el cuello. —No, no...—La muchacha se rió y lo dejó. —Ahora me siento más raro.
—¿Por qué?
—Tengo tristeza y felicidad mezclada.
—Bueno, hay que hacer algo al respecto.
La pelirroja lo sujetó del borde de la camisa y le dió un beso más intenso y duradero. Julian solo se ponía nervioso, todo un muchachito "inocente"
•••
John arregló dos maletas: una para él y otra para Julian. Se suponía que ya todo estaba bien, eran como las doce de la tarde, pero ya debían irse.
Astrid ya estaba afuera esperando a Stuart y a John. Ambos estaban bajando las escaleras con las maletas. Se despidieron del anciano y salieron del edificio.
—Listo. —Stuart dejó la maleta en el suelo y tomó bastante aire. —Ahg, me cansé.
—Stu, no me jodas. Te di mi maleta, ni siquiera llevo mucha.
—Pero pesa.
John rodó los ojos y agarró su maleta. Astrid abrió la cajuela y John las metió.
—¿Entonces ya nos vamos?
—Si. Pero antes voy hacer una llamada, ¿Me dan un segundo?
Astrid asintió mientras que Stuart ponía una cara pervertida. John le saco el dedo de enmedio y se apartó de ellos unos cuantos metros.
Primero hizo una corta llamada a Grace, era la indicación para que bajarán y así poder encontrarlos. Y la segunda llamada fue para Paul, quien no tardó en contestar ni un segundo.
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•Two Lads• •McLennon•
FanfictionEl centro de adopciones en Liverpool ayuda a parejas homosexuales a tener una familia feliz.