XXVIII

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Paul estaba en su habitación acomodando la cama y otros objetos, para ser sincero, no había escuchado nada fuera. El teléfono vibró y fue a él, lo desbloqueo y vió el mensaje de John.

John
Ya estamos aquí, guapo <3

Las sensaciones de Paul eran confusas: felicidad y nervios, esas eran las principales y más intensas.

Tu
Ah sí, ya voy para allá.

Paul apagó el celular y salió de su habitación. Lo primero, o mejor dicho, al primero que vió fue a John, quien estaba sentado y tenía sus manos detrás, apoyadas en la nuca y miraba a la nada..

—Hey. —John volteó a Paul y este se levantó de inmediato. —Hola.

—Hola. —John caminó a Paul y se puso delante de él. Guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón y le regaló una sonrisa. —Primero que nada, te ves muy bien y segundo ¿Cómo estás?

—Gracias y...bueno, estoy nervioso. ¿Dónde está Jules?

—Esta con tu papá. Fue a saludar a tu mamá.

—Oh, bien...

Era evidente, Paul estaba que moría de nervios y su cara lo delataba. John tocó uno de sus hombros y lo sobó.

—Tranquilo. Jules no muerde, aparte ya lo vacune de la rabia.

Paul negó con una pequeña sonrisa y suspiro.

—Sé que te echa de menos.

—¿De verdad lo crees?

—Por supuesto. Así que relaja tu cuerpo y goza el momento, muñeco.

—A veces pienso que estás coqueteando conmigo.

—¿Y dónde está la mentira?

Paul iba decir algo más, pero el carraspeó de alguien interrumpió ese momento, entonces ambos voltearon a su derecha; ahí estaba Julian y Mary.

—Ah, h-hola. —Paul apenas pudo soltar una palabra y lo mismo paso con su hijo.

John alentó a Paul y se acercaron a Julian. Unas cuantas miradas, apenas unos saludos y fue en ese momento que Paul abrazó a su hijo.
El menor se quedó paralizado, realmente podía sentí el abrazo de su padre, era algo especial, algo a lo que él mismo, de manera estúpida, renunció, pero ahora lo tenía.

John, quien estaba detrás de Paul y que su mirada chocaba con la de Julian, aprovechó aquello y con un gesto le indicó a su hijo que abrazara a Paul. Con sus dos manos, temblorosas, tocó la espalda trasera del mayor y lo abrazó.

Julian aguanto las ganas de llorar, pero Paul no y lo hizo.

—Perdón.

Julian se aferró más a Paul y respondió con un "no importa"

—¿Estamos bien?

—Estamos bien.

•••

Julian y Paul aún no mantenían una conversación fluida, era de entenderse. Ambos estaban en situaciones distintas y complicadas en dónde debían poner de su parte si realmente deseaban volver a estar como antes.

•Two Lads• •McLennon•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora