XXXII

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Así es, nos informan que las temperaturas bajarán. Lamentablemente estás tormentas han arrastrado las costas causando destrozos en mayor consecuencia, una de las ciudades más dañadas ha sido Blackpool con tres muertos y ocho heridos. Se recomienda alejarse del mar o cualquier zona de riesgo ante una lluvia. Se advierte de una lluvia intensa durante los próximos tres días...

Julian se levantó de la cama y apagó el televisor. Estaba hablando por teléfono con Jason por lo que ni atención a la televisión puso.

—Espera, papá me está hablando. Te llamo en unos cinco minutos.

—Esta bien. Yo me voy a cambiar.

—Uy, a ver.

—No seas tonto. —Julian se rió y se despidió.

Cuando colgó la llamada decidió bajar. No escuchaba ni una sola voz por lo que se puso alerta.

Bajó las escaleras y se giró de una. Se quedó boca abierto al ver a sus padres.

"Es..."

Ambos estaban bien abrazados, de cucharita como dirían por ahí. Paul estaba delante y John detrás, por cierto tenía la cara bien oculta en el cuello de Paul y estaba bien abrazado a la cintura del azabache.

Julian sonrió travieso y caminó hacia la televisión. El sonido era bajo, así que decido dejarlo así hasta que puso su teléfono y puso la canción careless whisper de George Michael. El saxofón sonó tan fuerte que hizo a John y Paul despertar de golpe y cayeron al suelo, el menor arriba de John.

—Espero que recuerden sus clases de cuidado sexual.

John y Paul se levantaron avergonzados.

—Bájale a eso. —John miró la televisión y luego a su hijo.

—Bueno, bueno.

Julian bajó el volumen y miró a sus papás.

—¿Y de qué me perdí?

—No, nada. —Paul contestó. Estaba algo aturdido. La música y la caída no fueron buena combinación.

—¿Nada? —Julian alzó sus cejas. —Pero estaban dormidos de "cucharita" ¿Cómo que nada?

—Ah, con que entrometido ¿Eh?

John agarró el celular de julian y este de inmediato se puso a la defensiva.

—¡Dame eso!

—¿Cómo por qué? Oh mira. —John tuvo que acercar el teléfono a su cara para poder leer. —Mi bebé, uh...

—Ya, dámelo.

Julian se lo arrebato y lo miró de mala gana.

—Hay que almorzar.

Paul se adelantó a la cocina. Julian miró a John y viceversa.

—¿Con que te gustan las mayores, eh?

—¿Con que te gusta papá, eh?

—Por Dios, era algo que se veía venir.

—¿Y lo mío no?

—¿Yo que voy a saber de romance adolescente?

—¿Acaso naciste así de viejo?

—Buena esa. —John apuntó a su hijo con uma sonrisa. —Ya vas aprendiendo a ser un Lennon.

—¿Y eso es bueno?

—Es un poder y el poder conlleva una gran responsabilidad. No todos tienen el privilegio de ser un Lennon.

•Two Lads• •McLennon•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora