XV

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Julian se sentó delante de John y Paul, quienes estaban sentados en el sofá. El menor los observaba con el ceño fruncido y los brazos cruzados, mientras que Paul mantenía sus manos unidas recargadas en sus rodillas y John, él estaba muy abierto de piernas en el sofá y con uno de sus brazos apoyados por arriba del respaldo.

-Bueno ¿Ya me dirán?

Paul suspiró y miró a su hijo con algo de pena, era cierto, Paul le había mentido, su intención no era mala, pero si había afectado a Julian.

-Escucha, Peter y yo queríamos un hijo, claramente sabes porque no podíamos tener uno...Pero una amiga, ella fue muy amable con nosotros y nos presento el orfanato. No sabes cuánto batallamos para tener un hijo, primero tendríamos una niña, pero Peter dijo que, como hombres, era muy complicado que nos dieran una, es por eso que nos dieron un hermoso bebé, tu hijo. -Paul intentó conectar con Julian, pero no funcionó ya que él hizo un gesto de descontento. -Hum, en realidad duramos bastante con esos trámites, tu casi tenías un añito. Todos esos meses fui a verte, ningún día falte, de hecho, ninguno de nosotros dos faltamos. -Dijo refiriéndose a Peter y él. -Tuvimos que trabajar arduamente para tener el dinero adecuado, ya teníamos una casa lista y estable para ti, eso nos ayudó bastante para la adopción. Me aseguré de, mientras te tenía, completar mis estudios para poderte dar la mejor de las vidas. No me quejó, es más, no me arrepiento de el tiempo y dinero que gastamos porque gracias a los cielos pude tener el hijo más maravilloso que alguien pueda tener.

-¿Y por qué no me dijiste? Digo, si tanto me quieres.

-Hijo, se lo prometí al orfanato. Aparte, no quería que ni mis papás ni nadie cercano te tratase distinto por ser adoptado. Yo no quería que eso afectará a tu vida cotidiana, fue más difícil de lo que puedes imaginarte.

—Pero eso me está afectando.

—Lo sé, y no sabes cómo me siento por eso, realmente quisiera recomendarlo, y...no lo sé hijo, creeme que llevar esto se me ha hecho de los más complicado. Ser padre no es fácil y menos cuando es así...

—Sabes, ahora no puedo verte igual, es raro llamarte papá...

Paul sintió como su corazón daba un pulso extraño que le hizo doler el pecho. Quería llorar. Se mantuvo fuerte, pero no fue suficiente y sus ojos comenzaron a arritarse, lo único que hizo fue asentir.

—¿Y tú? ¿Que me dirás?

John suspiró y levantó los hombros.

—¿Que quieres que te diga? Yo era muy joven y no contaba con la ayuda para mantenerte, Julian. Perdona si suena cruel, pero es la realidad y aquello que te dije sobre tu mamá es real.

—¿Y dónde está ella?

—No tengo la menor idea. Cuando supo que estaba embarazada fue a un lugar para abortar, pero era mucho dinero y fue a pedirme, aún sin decirme que estaba embarazada. —John recorrió una de sus manos por su sien. Ese tema le estresaba. —Cuando me entere si me puse feliz, pero al ver lo que me pedía me puse nervioso y le rogué con toda mi vida que tuviera al bebé y no me creas, pero fue jodidamente difícil poder convencerla, tuve que ofrecerle el dinero del aborto a cambio de tenerte y si cumplió. Creí que se iba a convencer de tener una familia conmigo, pero no, y pues que hacer ¿Cierto? Ella no nos quiso. Cuando se recuperó se largo y jamás volví a verla. Eso sí, ella no es la culpable de dejarte en el orfanato, ella debe estar confiada de que creciste conmigo.

—Genial. —Julian se levantó de la silla y por inercia los otros dos también. —Ahora me siento peor. Ahora me siento como un puto estorbo...—Dijo comenzando a llorar. Su garganta se forzaba por sacar la mejor de sus voces, pero estaba quebrándose.

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