XXXIII

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John se sentó al lado de Paul y le tomo la mano por debajo de la mesa. Estaban en casa de los padres de Paul esperando a Julian ya que saldrían un momento, debían despejarse de varias cosas, y su hijo cuidaría a los abuelos.

—Ya estoy aquí.

Julian entró de pronto a la cocina y se sentó frente la mesa.

—Por fin. —John sonrió a su hijo. —Te estabas tardando.

—Perdón, es que estaba hablando con Grace.

—Uh, Grace. No me has hablado mucho de ella. —Menciono Paul. —¿De dónde es?

—Ah, bueno, es amiga de mi papá....

Paul volteó sorprendido a John y este alzó los hombros.

—¿Tiene...?

—Es más jóven que papá. —Julian dijo de inmediato.

—Pero no tanto, eh. Te gana por unos buenos años.

—Ella tiene veinticinco. Es todo.

—¿Qué? Te gana por siete...

—Bueno, como sea. —Julian se levantó de la silla y se puso detrás de sus papás. —¿No se quieren ir ya? Richard los ha de estar esperando....

—Ah espera..

John y Paul se levantaron de la silla con prisa y Julian sonrió con una cara coqueta al ver a sus papás tomados de la mano.

—¿Y no me cuentan nada?

—¿De?

Paul miró sus manos y luego a su hijo, con bastante vergüenza, y John le enseñó sus manos en la pura cara.

—Ya empezamos a salir.

—¿Por qué no me dijeron?

—No creímos que te importara.

—Claro que si. Hum...¿Entonces ya son novios o...?

—Si. Él me lo pidió.

Paul volteó sorprendido a John y negó de inmediato.

—Que mentiroso, tú me lo pediste a mi.

—Ah, pero tú me besaste primero.

—Como sea, como sea. —Interrumpió Julian. —Es bueno saber que ambos están juntos, se ven lindos.

—¿En serio lo crees? —Dijo Paul con una vocesita apenada.

—Si... papá. —Paul, con su mano libre, acarició la mejilla de su hijo. —Oigan, cierto, tomen el paraguas porque comenzó a llover mucho.

—Esta bien, hijo. Cuida bien de tus abuelos y llama en cualquier momento, estaré atento a celular.

—Si, papá, tu tranquilo.

—Nos vemos.

John y Paul salieron de la cocina. El pelinegro agarró el paraguas que sus padres solían poner a un lado de la puerta en temporadas de lluvia, y salieron de casa.

—Tan mal no se ve. —Dijo John.

—Cierto, esperaba el cielo más gris, pero conociendo el clima raro es mejor tener precauciones.

—Mi Paulie táctico.

El mencionado se rió y negó.

—¡Pero que lindo es mi novio!

Grito John a media calle. Paul intentó callarlo poniendo su mano en la boca del mayor, pero solo consiguió una leve mordida.

—Ay, vámonos de una vez.

•Two Lads• •McLennon•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora