IV

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Sorpresivamente Paul estaba en el bar sentado junto a Richard y unos cuantos desconocidos. El partido iba bien, dos-cero a favor de Liverpool y todos los hombres celebraban emocionados gritando "Gol" mientras Paul solo subía los brazos emocionado.

Le hacia tanto bien distraerse y salir de su zona de confort, así los pensamientos negativos se iban por un buen rato. Era la segunda cerveza que se bebía, pero le sabía tan bien que la saboreaba.

-¿Otra, Paul?

Él asintió y el barman agarró el vaso. Richard entregó su vaso a otro empleado y volteó a Paul.

-¿Que tal te saben?

-Demasiado bien. Hace bastante no tomaba.

-De vez en cuando no hace daño.

-Ya sé, pero no me gustaría ser un mal ejemplo para Jules. Quiero que vea a su papá como un hombre educado.

-Pero aún así. -Richar tocó su hombro. -No solo es Julian, también estás tú, debes darte tu espacio.

-¿Enserio estoy tan...?

-¿Amargado? Si, eso.

-No era lo que iba decir. Pero Julian también me lo dijo.

-Ve, hasta tu hijo te dice. ¿Hace cuánto que no salias?

-Hace bastante, la verdad. Bueno, Julian y yo hemos ido a visitar a mis papás y a la mamá de Pete.

-Va, pero eso no cuenta. Me refiero a que estés solo tu conviviendo como ahora mismo, sin nada familiar.

-A lo mejor tienes razón.

Los dos vasos llegaron a los hombres y ellos agradecieron.

-Podemos comenzar a salir los viernes, Maureen sale también los viernes con sus amigas.

-Puedo hacer mis espacios. Puedo preguntarle a mi mamá que cuide de Jules y...

-¿No te parece que ya está muy grandecito? Paul, debes dejarlo ser y que sea más independiente.

-No lo entenderías, Richie.

-Papá sobreprotector te dicen. -Paul apenas sonrió. -Oye, por cierto ¿A qué horas vas a ir a la escuela?

-La reunión es a las ocho y media. Creo que me iré a las siete cincuenta, tengo que ir por mis papás y por Mona ya cuando Julian esté listo.

-Ya, ya. Yo me voy a ir a las ocho exactas, mi mamá se va quedar estos días en casa hasta el lunes.

-¿Nos vemos en la entrada?

-Si. Hace mucho que yo no voy a la escuela a dejar a Jason.

-Deberías.

-Ya esta grande, no me llamo Paul sobreprotector McCartney.

"GOOOOOOL"

Richard se volteó y gritó con los demás, mientras tanto dejó a Paul con la misma mierda en la cabeza, preocupado por ser un buen padre, alguien suficiente para su hijo.

°°°

Paul abrió la puerta de casa y entró para cerrarla y entrar a la sala, dónde se escuchaba la televisión.

-¡Jules, ya llegué!

De pronto apareció Jules y al ver a su papá le sonrió y lo abrazo.

-¿Cómo te fue?

-Bien, bien. Estuvo muy bueno el partido.

•Two Lads• •McLennon•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora