XVI

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John volteó con bastante cólera a esos dos y ellos bajaron la mirada intimidados, sabían que John era un hombre de pocas palabras, pero muchas acciones, y gracias al cielo, esa vez no les hizo nada.

—¿¡Que hicieron imbéciles?

John cargó a su hijo, era demasiado pesado. Vió las heridas que tenía y de nuevo miró a esos dos.

—¿¡No me escucharon!?

—John, es que...bueno, Chris se molestó y, bueno, se puso celoso. Tu sabes cómo es...

—¿Ah si? ¿Él ya sabe cómo soy? Ahora vera ese hijo de perra.

John quiso dar un paso, pero Kevin lo detuvo.

—Piensa lo que vas hacer. Mejor hay que ayudar a tu hijo. Míralo.

—¿Sabes cómo se pondrá su papá? ¿Acaso no has visto lo sensible que es? Mierda.

John entró a la sala y se apresuró a dejar a Julian en el sofá.

— Cuidenlo, voy a llamar a una ambulancia. No hagan tanto ruido.

Los movimientos de John eran torpes y su voz estaba temblorosa. Temía de lo que pudiese suceder, no quería ver a Julian mal, después de todo era su hijo.

Parecía ser infinito el tiempo de espera y John no soportaba más. Se puso a curar las heridas en lo que llegaban los profesionales, pero no sabía con exactitud, no quería herirlo, solo sabía lavarse las cortadas con agua y jabón.

—Espero que no tarden más.

De pronto un gemido sonó y asustó a John, era Julian. El mayor se puso de cuclillas frente a Julian y tocó su frente.

—Gracias al cielo. ¿Cómo estás?

Julian quiso hablar, pero no pudo, le dolía toda la cara. Kevin y Rodolf no dejaban de ver al menor con pena, aún más sabiendo que él había puesto su confianza en ellos y estos le habían fallado.

—Julian ¿Me escuchas?

Al ver que no respondía intento con algo más.

—¿Puedes mover la mano? Al menos un poco.

Julian apenas y levantó la derecha, al menos era un progreso.

—Escucha, iremos ahora mismo al hospital ¿De acuerdo? Solo necesito que no te asustes ni te alarmes...

Alguna puerta había sonado y eso significaba una sola cosa: Paul. John apenas iba a voltear cuando escuchó un grito por parte de Paul.

•••

Paul estaba al lado de la camilla en la que se encontraba Julian acostado. Le habían dado un suero y la típica bata de hospital para que pasase los días ahí, si no es que las semanas. Los golpes que había recibido eran muy graves ya que habían sido dados en la cabeza, no al punto de llegar a un extremo, pero si lo suficiente para causarle dolores de cabeza un buen mes.

Cuando la ambulancia había llegado a casa de John y está subió a Julian, Paul se encontraba asustado y nercioso, aparte molesto con John por no decile de inmediato.

—¿Si está respondiendo bien?

Paul vió con esos ojos dormilones llenos de molestia a John y solo respondió con un cortante "Si". John no lograba comprender como cualquier acto que hiciese Julian y terminara mal era culpa de John. El mayor se sentó en el sofá de adelante y miró hacia delante donde estaba su hijo.

•Two Lads• •McLennon•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora