XI

157 17 30
                                    

Paul y bien habían batallado para encontrar la última dirección, si, sabían que era a la costa, pero no tenían la menor idea en qué zona se encontraba la casa ya que ahí habían más edificios y tiendas de playa que otra cosa. Al final se dieron cuenta que no era una casa sino un departamento en el que se encontraba ese tal John.

—Buenas tardes.

Saludo Paul a un señor que estaba ahí junto a una señora como de unos setenta años. Ambos le contestaron con un fuerte "Buenas, joven" Paul se sintió halagado, ser llamado joven tantas veces en un día.

—Hágame el favor de anotar nombre, edad y hora de llegada en ese librito.

Paul asintió y tomó la pluma y escribió lo que pidió, Brian lo hizo de vuelta.

—Disculpe, señor. —Paul se acercó a la pareja. —¿Sabe dónde queda el departamento de John Lennon?

—Ah, porsupuesto. —Asintió repetidas ves. Parecía estar recordando. —En el quinto piso a la cuarta puerta en la ala derecha. No se vaya a confundir, el número de pisos empieza apartir de arriba.

—Muchas gracias, tanga buen día.

—Ándele.

Paul y Brian comenzaron a subir contando los pisos. Paul estaba muy nervioso, temía que su hijo lo negara, que ya no quisiese volver con él y que todo se fuera a la mierda, ese era el mayor de sus miedos más recientes porque al final de cuentas si no tenía a su hijo no tenía nada por lo que esforzarse.

—¿Estás bien?

Brian lo miró con compasión, Paul lo único que hizo fue darle una sonrisa débil mientras asentía.

—Aquí estoy para ti, Paulie. Recuerda que lo que pase allá arriba no tiene porqué culparte a ti, tu solo haces tu papel de padre.

Paul no pudo contestar, entre más tocaba el tema más nervioso se ponía.

Ya habían llegado al piso cinco, pero antes de continuar Paul hizo detener a Brian.

—Me gustaría ir yo solo, Bri. De verdad agradezco toda tu compañía, pero si veo a julian quisiera poder tener un momento a solas para poder hablar con él.

—Oh, eh, claro, claro. —Brian asintió como tonto. —No te preocupes, Paul. Habla todo lo que tengas que hablar, yo esperaré aquí en los escalones.

—Muchas gracias.

Paul siguió su recorrido en los pasillos y tocó la puerta. Está de inmediato se abrió mostrando a un hombre con una camiseta de tirantes color blanca, unos pantalones cortos y los pies los tenía descalzos. Paul volteó a verlo a la cara y puso ver un poco de arrugas en las esquinas de sus ojos, su nariz era aguileña y sus labios delgados. Era como Julian, pero viejo.

—¿Diga?

El mayor elevó las cejas esperando una respuesta pronta, pero el otro no parecía reaccionar. Pensó que se trataba de un borracho más y decidió cerrar la puerta, pero antes de eso un pie se interpuso.

—Espere. No, lo siento.

John abrió la puerta extrañado y se quedó viéndolo.

—¿Ya me vas a decir que quieres o que? Estaba haciendo algo importante.

—Si, lo siento. Es que...es que tengo muchas cosas en la cabeza.

—Si, bueno. ¿Que pasa?

—¿Es John Lennon?

—¿Yo? Si, lamentablemente.

—¿Qué?

John soltó un suspiro risueño y se recargo en el umbral de su departamento. Brian los veía desde lejos, de inmediato reconoció aquel rostro, era el malhumorado del minimercado.

•Two Lads• •McLennon•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora