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|Capítulo 51|
La lluvia caía en el exterior del departamento, chocando con los techos y superficies que producían un pequeño sonido armónico al escucharlas, era casi la medianoche y mi cuerpo se había rendido ante el cansancio del día que había pasado, estaba acostada en la cama a punto de quedarme dormida, recostada cómodamente en el pecho de Tony mientras éste deslizaba sus dedos por mi espalda, sobre la tela de mi camiseta, haciendo que me relajara aún más en su caricias.
-... dijiste que ibas a irte pronto -. Le advertí con voz somnolienta, evitando que mis ojos se cerraran, luego de nuestro pequeño baile en el salón, nos habíamos quedado acostados un rato, hablando de lo que fuera que nos pasara por la mente, pero el sueño me estaba ganando y me temo que a él también.
-Solo cinco minutos más -. Me pidió como un pequeño testarudo, lo que me hizo sonreír por lo que no le insistí en que se fuera, a mi también me gustaba tenerlo aquí -...lo cierto es... que me relaja estar contigo -. Admitió en voz baja, luego de unos instantes de estar en silencio, mirando al techo de mi habitación, yo en cambio ya tenía los ojos cerrados, al borde de quedarme dormida -... siento que no tengo que preocuparme por nada más cuando te tengo junto a mí -. Dijo al fin en un tono de voz apenas audible cuando yo ya no estaba escuchando.
A la mañana siguiente, la alarma en mi teléfono celular me indicó que ya era hora de despertar, me estiré un poco con los ojos cerrados solo para darme cuenta de que Tony seguía ahí en mi cama, se había quedado profundamente dormido al igual que yo y apenas ahora estaba abriendo los ojos.
-hey... -. Le dije al ver que se estaba despertando.
-mierda... me quedé dormido -. Admitió estirándose en la cama, llevaba puesta su ropa del trabajo ahora toda arrugada además de que su camisa de vestir estaba casi desabotonada por completo.
-Ya me di cuenta -. Le respondí con sarcasmo, pero antes que pudiera decir algo más, me dio un tierno beso en la mejilla. Iba a decirle algo pero escuché un ruido proveniente de la cocina del departamento -Prepárate para que te lance por la ventana porque Vanessa está aquí -. Le informé a lo que él hizo mala cara por un instante creyendo que estaba hablando en serio -Es broma... supongo que es hora de decirle -. Aseguré después, pensando que ya que estaba aquí, podría ser momento de contarle todo a mi mejor amiga.
Salí antes que él de la habitación y me dirigí a la cocina donde ella estaba preparándonos el café en la mañana.
-Buenos días -. Me dijo apenas alzando la mirada de lo que estaba haciendo cuando me asomé en el marco de la puerta.
-Hey... tengo algo que decirte -. Comencé a hablar para llamar su atención y al fin me miró, no había manera sutil de contar los detalles cuando Tony estaba esperando y mirándome desde la puerta de mi habitación -Tony y yo estamos juntos de nuevo -. Le informé sin más y casi se le cae la taza que tenía en la mano cuando me escuchó.
