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|Capítulo 16|
Jamás me imaginé estar en la situación en la que me encontraba; pero sería una mentira no admitir que desde el momento en el que lo había visto por primera vez... había fantaseado con algo similar en más de una ocasión.
Había fantaseado con tener sus labios sobre los míos, sintiéndose como si pertenecieran los unos a los otros, con sus manos rodeando mi cuerpo firmemente para mantenerlo junto a él aunque no creo que no pudiera estar más cerca... y sus manos, sus caricias se sentían mejor de lo que alguna vez pude haber imaginado, llevando mi mente a lugares a los que jamás me atrevería a ir mientras iban subiendo por mi pierna. Claro que nunca pensé que algo así fuera a pasar de verdad, pero ahí estaba...y no quería que se detuviera pronto.
Mis pulsaciones se aceleraban con la anticipación de lo que podía pasar en el momento, mis sentidos estaban completamente perdidos en él y el cómo me hacía sentir a la vez que mis dedos jugaban con los botones de su camisa de vestir, sentí una sonrisa leve en sus labios al momento en el que abrí el primero de los botones, cuando entonces se escuchó una voz que me sobresaltó enseguida.
Enseguida pensé que alguien había entrado de alguna forma pero suspiré un poco al notar que era solo el sistema operativo de Stark.
-Señor, el secretario de defensa está en la línea dos-. Dijo F.R.I.D.A.Y. desde quién sabe dónde.
-Dile que se vaya a la mierda F.R.I.D.A.Y. estoy ocupado-. Respondió el hombre frente a mí, algo frustrado, no prestando mínima atención a la llamada al momento de acercarse a mis labios de nuevo para morderlos un poco de manera juguetona.
-Insiste, parece urgente señor-. Aclaró F.R.I.D.A.Y. ante la insistencia del secretario y Tony solo suspiró maldiciendo en voz baja.
-Debe ser importante Tony-. Le dije a lo que él rodó los ojos, apartándose solo un poco de mí.
-Hay como dos mil vengadores más, el vejestorio del Cap seguramente está sin hacer nada pero ¿a quién llaman? a mí-. Reprochó quejándose y yo lo miré burlándome un poco de su actitud infantil.
-Banner también debe estar buscándome, estoy en el programa de internos ¿recuerdas?-. Mencioné ya que en definitiva no debía estar aquí, mientras abotonaba de nuevo su camisa, él alzó su mirada con algo de desilusión en los ojos mientras que su mano derecha se posaba en mi rostro para acariciarlo con cuidado.
-¿Te refieres a que podemos seguir 'esto' luego?-. Inquiró mirándome con los ojos entornados, con algo de dudas pero era difícil juzgar su expresión.
-¿De qué hablas?-. Le pregunté bajándome del escritorio para acomodar un poco mi presencia.
-Es solo que... todo parece tan irreal que me hace pensar que fue algo de una sola vez-. Me explicó analizando mi expresión intrigado.
