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|Capítulo 2|
-Todo huele increíble-. Le dije a mi madre a la vez que ponía la mesa para almorzar esa tarde, estábamos esperando por el tío Mike que como de costumbre venía tarde según que por el tráfico, siempre había una excusa para él y con el hambre que yo tenía no creo que fuera a esperar demasiado a su llegada.
-Me alegra que vinieras cariño-. Me dijo mi madre mirándome con una amplia sonrisa.
-Me encanta venir a visitarte-. Insistí, lo cual era cierto. Mi madre vivía a las afueras de la ciudad, cruzando la bahía, eran un par de horas en el auto que a veces con los estudios y todas las cosas que tenía que hacer, parecían interminables a la hora de conducir hasta allá, pero aún así me gustaba hacer tiempo al menos dos fines de semana al mes para venir a quedarme con ella.
-¿Qué tenías que decirme en persona que no podías decir por teléfono?-. Me preguntó mi madre, sentándose a la mesa frente a mí mirándome intrigada, yo simplemente saqué de mi bolso los papeles de las pasantías en Stark Industries que tenía que entregar a primera hora del lunes y los deslicé en su dirección -¿Qué...-. Iba a comenzar a decir ella hasta que leyó la parte superior -¿¡Stark Industries!? Cariño eso es increíble-. Aseguró mi madre con una amplia sonrisa, emocionandose tanto como yo.
-Lo sé... Peter le sugirió al Sr. Stark que...-. Iba a explicarle pero la expresión en su rostro me impidió hacerlo -¿Qué?-. Pregunté sin entender su mueca y la leve sonrisa que no me agradaba tanto.
-Uhhh Peter-. Me dijo ella, devolviéndome los papeles, levantando sus cejas de manera graciosa.
-Nada de uhhh Peter, no hay nada con Peter-. Le advertí viendo por donde venía la situación antes de que comenzara a hacerse alguna idea extraña en esa mente de ella que iba a mil por hora.
-Solo digo que ustedes parecen estar juntos todo el tiempo últimamente y no estaría mal si fuera así linda... Peter es un chico guapo-. Me comentó ella encogiéndose de hombros y comenzando a servir la comida.
-Tenemos que entregar un proyecto juntos del que no llevamos ni la mitad mamá, estamos juntos casi por obligación y somos amigos y ya-. Le repetí seriamente para que dejáramos el tema de una vez -Ahora pásame eso...-.
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La alarma no hizo falta porque me desperté con solo la emoción y los nervios por lo que me esperaba ese día, no podía creer que iba a estar dentro de Stark Industries, el enorme edificio en medio de Nueva York, por el cual había pasado tantas veces deseando siquiera poder entrar. Sabía que ya había estado en el complejo, pero no era igual el ver dónde mayormente vivían Stark, Banner y todos; a que estar en el lugar en el que tantas cosas emocionantes e importantes para el mundo habían sido creadas.
El edificio era espectacular tanto por fuera como por dentro, transmitiendo ese aire futurista que quitaba el aliento, con paredes de cristal, techos altísimos y esculturas minimalistas en alguno que otro lugar. Había personas por todos lados llegando y saliendo, pasando por unos torniquetes, que supuse trabajaban ahí. Yo me dirigí a la recepción donde había una chica y un chico atendiendo.
