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|Capítulo 25|
-Mi madre lo sabe, estoy casi segura, sabe acerca de nosotros dos...-. Le informé a Tony mientras mi mente recopilaba toda la evidencia, además la manera en la que le había dicho esa última frase en definitiva fue la gota que derramó el vaso de mis sospechas.
-¡¿Qué?! ¿Te dijo algo? -. Me preguntó alarmado enseguida casi frenando el auto en un movimiento brusco.
-Primero, no hace falta que nos mates gracias -. Le dije mientras él recuperaba la compostura y continuaba conduciendo de manera normal -Y segundo, no hizo falta que me lo dijera... ¿Cuídala Stark? -. Le exclamé haciendo énfasis en la obvia oración pero él me miró como si hubiera perdido el juicio -Y la escuché hablando con May al respecto -. Agregue para terminar de convencerlo de la veracidad de mis suposiciones, ganando solamente que diera otro frenazo casi saliendo de la autopista -¡Ok! No voy a contarte nada de lo que pasó esta tarde si no dejas de hacer eso -. Le informé enseguida.
-¿Qué acaso no venimos de la misma reunión? -. Se preguntó confundido por el hecho de que yo tuviera información y él no supiera absolutamente nada.
-Mientras tú hacías chistes con el tío Mike y te escondías de Olympia, yo escuché la conversación de mi madre además de que Peter no dejaba de mencionar a Sofía -. Le expliqué al hombre que parecía solo más confundido.
-¿Sofía? ¿Quién es Sofía?-. Inquirió y yo suspiré antes de comenzar a contarle todo.
El trayecto que llevaba desde las afueras de la bahía donde vivía mi madre al centro, fue más que suficiente para contarle desde la chica con la que salía Peter de la cual él no parecía tener la menor idea, hasta el intento de May de que Peter y yo fuéramos algo más que amigos, claro que le conté la respuesta que le había dado mi madre en ese instante a la tía de Peter incluído el "creo que ya tiene dueño..." era obvio que lo sabía y por alguna razón no me había dicho nada aún.
-Creo que está esperando a que se lo cuente yo misma -. Supuse, ya que era lo único que se me ocurría. Tony en cambio seguía sorprendido al respecto.
-¿Cómo pudo haberse dado cuenta...-. Pensó él aún absorto en mi información y yo me encogí de hombros.
-Es mi madre, ellas suelen darse cuenta de esas cosas... -. Respondí simplificando las cosas, era mi madre, las madres siempre notaban todo, era como brujería.
-Supongo que no está mal que lo sepa... ¿o sí? -. Me preguntó con cuidado mirandome de reojo para analizar mi expresión y saber hasta qué punto me molestaba la situación pero yo me encogí de hombros.
-Supongo que no...-. Le respondí colocando mi mano sobre la suya que aún descansaba sobre mi pierna -Puede que esté algo dolida porque se lo ocultara... pero nada más, además creo que le agradas bastante -. Le dije con una amplia sonrisa detallando al hombre junto a mí.
