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|Capítulo 47|
-Lo sé... pero yo no quiero al resto del mundo... te quiero a tí -. Me dijo él con sinceridad y con una dulce mirada que me hizo sonreír, aunque hubiera sido él quién terminó las cosas entre los dos -Ven... quiero que veas algo -. Me dijo dejando a un lado en lo que estaba trabajando, luego de ver su reloj, no sé qué tenía que ver con la hora pero se levantó del suelo y extendió su mano para que la tomara e hiciera lo mismo.
-¿A dónde vamos...? -. Le pregunté no demasiado segura de que pudiéramos dejar todo tirado en el suelo y marcharnos pero a él no pareció importarle.
-Solo sígueme -. Me indicó tomándome de la mano para salir del laboratorio.
Fuimos por el pasillo exterior hasta el elevador, pensé por un instante que íbamos a salir del edificio pero Tony marcó el último piso de arriba, aún no sabía que tramaba y siempre era difícil adivinar qué se le estaba pasando por la cabeza, pero para cuando las puertas se abrieron quedé aún más confundida de lo habitual. Estábamos en una área completamente en remodelación, solo había polvo, materiales de construcción y escaleras, con más herramientas regadas por todos lados.
-¿Qué rayos...?-. Le pregunté cuando intentábamos pasar entre todo el desastre.
-Solo camina, ¿no confías en mí? -. Me preguntó, guiando el camino al lado opuesto de la estancia.
-No -. Le respondí con sinceridad a lo que él me miró de mala manera.
Llegamos al lado contrario del lugar donde estaba la escalera de emergencias, fuimos por esa puerta subiendo una estrecha escalera que nos llevó un piso más arriba. Nos encontramos con una puertecilla de metal que Tony abrió de un empujón, dando un paso hacia afuera para apartarse y dejarme pasar a mí.
Me di cuenta entonces apenas puse un pie fuera, que estábamos en la azotea del edificio. La brisa fresca me dió en el rostro apenas salí y un cielo completamente despejado llenó todo el panorama. Le podía quitar el aliento a cualquiera una vista como ésta, era impresionante como el firmamento carecía de cualquier nube o edificación que lo bloqueara, mostrando en cambio un sinfín de estrellas brillantes que adornaban todo el panorama, con facilidad podrías identificar cualquier constelación o punto específico, en mi vida entera no había visto algo tan hermoso, parecía sacado de una película.
-No consigues algo así en la ciudad -. Admitió Tony caminando por la azotea hasta el borde para recostarse de la baranda y ver todo el horizonte, yo lo seguí para hacer lo mismo.
-Jamás había visto algo así -. Le dije aún perdida en las estrellas delante de nuestros ojos, era simplemente indescriptible, él en cambio tenía la mirada fija en mi expresión, solo admirando como sonreía.
