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|Capítulo 13|
Viernes por la noche,
Todo había comenzado completamente normal esa noche, excepto por el hecho de que Vanessa no se sentía del todo bien, tenía una migraña según ella de los mil demonios, por lo que se había quedado acostada en su cama, completamente dormida luego de que yo le llevara algo de té y una medicina para el dolor.
Como ya era algo tarde para avisarle a los chicos que canceláramos, decidí ir de igual forma con ellos a lo que habíamos quedado, además de que no iba a hacer demasiado quedándome en casa si Vanessa estaba prácticamente inconsciente; por lo que decidí que estaba bien ir a probar el nuevo restaurante italiano que mencionó Peter.
O al menos eso era lo que yo creía que iba a pasar...
Me di cuenta del gran problema en el que estaba metida, al momento de bajar las escaleras del edificio y salir por la puerta principal para encontrarme con mi amigo, parado frente a un auto blanco de lujo que parecía sacado de un catálogo; el estaba vestido un poco más elegante de lo normal. De hecho se veía bastante bien, con una camisa de vestir abotonada, color vino y un par de pantalones negros. Mientras que lo normal era que cuando todos salíamos a comer, usáramos jeans y sudaderas, que tomáramos el autobús y nos dirigéramos al lugar que hubiéramos elegido esa noche.
La falta de 'los demás chicos' también hizo obvio lo que estaba ocurriendo, mientras que yo claramente no sabía en lo que me metía, había aceptado a salir en una cita con Peter, ni siquiera sabía que tenía esa clase de sentimientos por mí, pero no hubo tiempo de pensar en ello con demasiado detalle porque ya no había vuelta atrás.
El chico me saludó dulcemente y abrió la puerta del auto para que entrara mientras yo intentaba no morir en el momento pensando en todo lo que acababa de darme cuenta en cuestión de segundos. Por suerte mi ropa no era del todo desastrosa, llevaba unos jeans oscuros y un sweater color verde esmeralda con un par de cadenas doradas colgando de mi cuello, si no hubiera traído mis tennis tal vez podría pasar por un outfit más elegante.
Peter entró al auto, comenzó así a conducir a nuestro destino, haciendo un poco de conversación en el proceso; pero en mi mente solo se repetía una y otra vez la escena de días anteriores, en el laboratorio, del momento exacto en el que me había pedido acompañarlo.
'-Hay un nuevo restaurante en la cuarta y pensé que podíamos ir el viernes a probarlo-.' había dicho en ese momento, 'podíamos' había entendido yo, como todos nosotros 'Ned, María, Vanessa, él y yo' como se había vuelto tradición casi todos los fines de semanas en los que la mayoría del tiempo invadíamos la pizzería donde trabajaba el primo de Ned o los tacos del señor José en la décima avenida... incluso pensé que podíamos invitar a Liam también en esta ocasión... pero ahora nos encontrábamos en un restaurante, solos nosotros dos y la situación era bastante incómoda para mí al menos.
