Una Magia Devuelta y Azrael Llega

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Parecía que el sueño estaba reclamando a todos, ya que los profesores dieron autorización para que todos fueran a descansar, al grado de que incluso los grados mayores (de slytherin más que nada) tomaran en brazos a los más pequeños, con el fin de ir a sus salas comunes.

Hadriel pidió que las familias se quedaran un momento, ¿Para qué? Nadie sabía, y aunque muchos quisieran cuestionar, no tenían ánimos de hacerlo.

Una vez que todos se perdieron entre las grandes puertas y los amplios pasillos, los orbes esmeraldas de Hadriel observaron a los profesores, quienes estaban dudosos de si irse o no.

- Madame Sprout, profesor Flitwick, Madame Pomfrey, necesito que ustedes se queden, los demás pueden retirarse - pidió Hadriel

Los profesores restantes hicieron una reverencia y se fueron, mientras tanto Dumbledore y McGonagall se mantenían rígidos.

- ¡Nosotros no nos iremos! - exclamó furiosa la bruja

- Le recuerdo que usted no tiene ni voz ni voto - expresó furiosa Athenea

La cara de indignación de la bruja era clara, por lo cual, Fleamont tuvo que intervenir, pues si lo hacia Lord Prince, posiblemente diría alguna grosería.

- Minerva, hasta ahora has demostrado no tener la capacidad de dirigir una escuela y créeme cuando digo que estoy tan malditamente decepcionado de ti, por lo cual te pido que te vayas porque no eres bienvenida - expreso el Potter

Parecía que las palabras del Potter mayor habían causado algún tipo de efecto en la bruja, pues esta simplemente se fue, mientras que Dumbledore fue amablemente amarrado por Lirio, quien parecía ansioso por bailar sobre el cuerpo del anciano.

- Bueno, ya que nos deshicimos de la peste, podemos proceder - expresó Damián, para después girarse a donde estaban los Evans, quienes no sabían porque estaban ahí - Señores Evans, la situación con su hijo es un caos, una mocosa malcriada jamás logrará encontrar un lugar aquí en el mundo mágico, a menos que se crea la misma madre magia, lo cual no es el caso de su hija Lily

La cara de indignación de la señora Evans era clara, estaba molesta de que no le dieran el crédito a su hija, mientras que el señor Evans no se quedó callado.

- ¡Ustedes le tienen envidia a mi lily! - exclamo furioso el señor

- Mi envidia es tan grande como la poca decencia del tío Remus - bufó Luna

- Señor Evans, su hija posee esa cantidad de magia gracias a una absorción - expreso furioso Hadriel

- ¿Estas seguro? - cuestiono preocupado Orión

- Así es abuelo - aseguró Athenea

- ¿Qué tonterías están diciendo? - bufó el señor Evans

- Lily Evans no debería de tener ni siquiera la cantidad de magia que posee - aseguró Percy - Su perfecta hija le robó la magia a Lord LeFay y a su hermana la señorita Petunia Evans

- ¡Es absurdo! - grito furiosa la señora Evans

- No lo es, esa mocosa es solo una aspiradora que absorbe la magia que este cerca - expreso Hadriel - Parte de la magia del tío Jackson fue arrebatada por ella por eso tiene el cabello pelirrojo y los ojos verdes esmeraldas, porque gracias a la magia robada, la belleza de las mujeres LeFay se le fueron pasadas

Los señor Evans querían negarse, era ilógico y absurdo que su perfecta hija fuera alguien que robara la magia, estaban molestos, indignados.

- Pero quitando aquel hecho, queremos que firmen este lindo pergamino aprobado y certificado por Gringotts -  sonrío Luna, mientras dejaba el pergamino frente de los muggles

𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora