El Prisionero De Azkaban: Garras De Hipogrifo

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Cuando habían terminado la lectura, la noche había abrazado al castillo, por lo cual, son los profesores que se apresuran a servir la cena.

- A cenar - dice alegre Madame Sprout

Los platillos que se sirven; ya no son pesados y gigantescos como los que Dumbledore suele entregar para gozar, en su lugar, era comida saludable y agradable al paladar de todos.

- ¡Buon appetito! - exclama alegre Luna

La frescura de la ensalada en ellos hace que muchos se sientan más livianos, y en aquellos momentos, Regulus Black estaba dándole biberón al pequeño Percy; quien estaba cómodamente en los brazos del más joven de la casa Black.

- Papá, tengo sueño - dijo somnoliento Damián

Tom, quien estaba degustando de a poco su cena, tranquilamente tomo a su hijo en brazos y lo acomodo en su regazo, permitiendo que esconda su rostro en su pecho, gesto encantador que ha cautivado a los presentes; cuestionando como es que el dulce niño se vuelva un joven cautivador y guapo.

- Desearía otro hijo - soltó de la nada Elena

Nadie nota que la máscara de Tom tiembla y casi cae, en su lugar, los que le conocen muy bien; pueden notar que sus ojos brillan suavemente, pero aun así, deciden callar las posibles palabras que ansia decir.

- Oigan, ¿Dónde dormirán ellos? - cuestiona de pronto un niño de primer año de Gryffindor

Muchos dejan de comer, otros detallan todo aun gozando de la comida.

- Yo arreglo eso - asegura Tom, lo que ellos saben que significa que tiene un pequeño plan, ganando una afirmación de todos

- ¿Quieres dormir con tus amigos? - cuestiona de la nada Lord Prince

Muchos se sienten confundidos, cuando de pronto las mejillas del menor se bañan de un suave tono rosa.

- Sí - asiente

- Bueno, no veo problema alguno - señala Hayden; para después mirar al profesor Slughorn - ¿Habrá problema alguno?

- No - niega tranquilo - Es bienvenido heredero Fernsby

El mencionado se sonroja aun más y con pasos apresurados va hacía la mesa de Hufflepuff y después de tomar la mano de una niña casi idéntica de él, se encaminaron hacía la mesa de las serpientes donde dos hermanos le saludan, gesto que comienza a desconcertar a las demás mesas.

Mientras siguen con la cena, Damián pidió que todos fueran hacía sus dormitorios, pues notaba que muchos estaban ya cabeceando, era muy claro que ya muchos estaban cayendo dormidos, y solo deseaba que los niños más pequeños pudieran descansar.

Mientras salían del gran comedor, Tom se acercó a los futuristas con Damián en sus brazos, por lo cual, parecía que les quería decir algo muy rápido.

- ¿Papá? - cuestiona en voz baja Damián, al ver que sus abuelos y madre esperan en la salida - ¿Paso algo?

- Descansaremos en la sala de los menesteres, pero queremos saber que es lo que tienes - señala el mayor, observando a su hijo, observándolos a todos - Así qué, hablen

Los futuristas se miran, y después suspiran.

- Necesitamos hablar con usted y con mis tíos abuelos- señala Draco con tranquilidad

- ¿Bueno o malo? - cuestiona Tom

- Bueno - asegura Damián, recordando a su dulce hermana pequeña - Son buenas noticias, las mejores

La forma en que sus ojos brillan, son claras señales de que él gusta de estar con aquella persona especial.

- De ser así, no tengo ningún problema en llamar a Orión y a Walburga para que nos puedan decir - expresa Tom, mientras acomoda de mejor manera a Damián, haciendo que la cabeza del niño de doce años; quedara oculto entre su cuello - Pero, ¿Y Elena?

𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora