La Cámara De Los Secretos: Desde La Perspectiva De Hermione

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Athenea miro a Hadriel, sabía el capítulo que se venía, pues todos tenían un capítulo para ellos mismos y sin temor a equivocarse, le toca a Hermione expresar sus ideas y aquello no era nada bueno. Hadriel tampoco era tonto, había notado la mirada de Damián n su persona, no era tonto, jamás lo sería, pero estaba preocupado por lo que pudiera ocurrir en aquel capítulo.

- Debes de hablar con tus abuelos - pidió Luna - Los ciervos mayores y el cervatillo deben de saber lo que la nutria pensaba en aquellos momentos 

- ¿Crees? - cuestionó Hadriel 

- Claro, la esmeralda debe de decirles lo que esta pasando, no queremos que tengan una mala impresión de la nutria ¿Verdad? - comentó Luna, para después sonreírle con tanta inocencia que hacía dudar si ella en verdad había matado durante la guerra  

- Bien - bufó Hadriel, para ponerse de pie y acercarse a su familia - Grands-parents, père, nous devons parler

«Debemos de hablar» Esa parte del llamado, alerto momentáneamente a lo mayores de los Potter. 

- Claro hijo - sonrió Euphemia, mientras se ponía de pie y seguía a su nieto

Los cuatro Potter salieron del comedor, mientras tanto, Athenea se aferraba a su padre y observaba con burla como su abuela posaba su mano sobre el pequeño bulto que Marcela portaba con orgullo y felicidad.

- Perseo - llamó Muriel en forma de saludo y a su lado, Arthur le observaba con un extraño brillo en sus ojos 

- Tía Muriel - sonrió el pelirrojo, para soltarle un fuerte abrazo a la mayor, quien lucía desconcertada ante tal cariño - Me alegra verte tan bien los años nunca pasan en ti, sigues igual de fuerte 

La conmoción abrazó a Muriel, ¿o la odiaba aquel pelirrojo? ¿Aun la consideraba parte de su familia? No podía creerlo, quería llorar, ansiosa de saber que pronto de una mera u otra, seguía en la vida del pelirrojo. 

- Marce - llamó el pelirrojo, mientras le tendía la mano de su esposa; logrando que le tomara la mano y le dedicara una sonrisa - ¿Recuerdas a Tía Muriel?

- ¡Claro que sí! - exclamó Marce, mientras le dedicaba una suave sonrisa a la mayor - Usted se puso tan alegre cuando Percy le llevo la invitación a nuestra boda 

Los cálidos brazos de Marcela le dieron un calor inexplicable a Muriel, quien estaba totalmente emocionada por el recibimiento que estaba recibiendo. Arthur por su parte observaba la interacción entre Muriel y su hijo, ¿Cuándo fue que todo se fue a la mierda? ¿Cuándo tan siquiera permitió que Molly dañara a sus hijos? No lo sabía y comenzaba a lamentarse no poder expresarle que le quería, que no le importaba que fuer una serpiente, sino todo lo contrario, le amaba y mucho.

***

En el viejo aulador, uno que anteriormente pertenecía a la clase de alquimia, ahora parecía convertirse en la sala de conferencia de los Potter. Euphemia Potter estaba sentada en un cómodo sillón victoriano que su esposo le había transfigurado, Fleamont por su parte, estaba a su lado, su mano descansaba sobre su hombro derecho; dándole un claro apoyo para que nada malo iba a pasar, James por su parte, se sentó en el antebrazo del lado derecho de su madre, dando una imagen de una familia poderosa, de una familia que era digna de la pureza que ellos portaban. Hadriel por su parte estaba frente a su familia, sus orbes verdosos no lucían el brillo conocido, sino uno un poco más apagado.

- Hadriel - llamó preocupado Fleamont, logrando que su nieto le observara - ¿Qué es lo que nos tienes que decir? 

- Es un poco complicado a decir verdad - suspiró, no debían de ser genios para saber que en definitiva algo no estaba nada bien -  Como habrán notado, Hermione no es la mejor en aquellos años, ella era muy cerrada a nuestro mundo así que ella no tenía una buena opinión de nosotros 

𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora