𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫

El Quinteto Celestial

Cuando se dio el permiso de ir a las salas comunes, los viajeros se despidieron de sus familias y se encaminaron hacia la cámara de los secretos, oh sí, Hadriel y Damián querían que Esmerald (nombre dado sorpresivamente por Tom Riddle en su quinto año) estuviera libre, que pudiera recorrer el castillo, pero sin herir a las personas y Damián era quien debía de ordenar.

- ¿Creen que estará feliz de salir? - cuestionó Luna con clara curiosidad

- Lo estará, ella desea libertad y se la vamos a otorgar mi querida luna - habló Hadriel

- Por cierto, ¿A donde fue Nea? - cuestionó Draco, notando que su prima no estaba

- Fui con el quinteto, necesita ponerlos sobre aviso - aseguró Damián

- ¿Crees que esos cinco estén bien? - cuestionó Luna

- Lo estarán, Nea le dará un poco de información a nuestros tíos y a Lady Muriel - aseguró Hadriel

Los rubios se miraron. Una vez que la sangre Black corría por las venas de uno, toda la familia se volvía una barrera para que nada malo pasara, entre la familia, y que merlín tuviera en su misericordia a Molly Weasley, porque caería.

- Yo quiero que llueva sangre - susurró entusiasmada Luna

- Oh mi querida Luna, aun falta ue llegue el resto, y ahí si, que todos se escondan - susurró con una sonrisa sádica Damián

***

Athenea iba caminando con sus padres, Madame Pomfrey, Muriel Prewett y sus abuelos, hacía la enfermería, no podía pedirle a Marcelo y a Kiara que les acompañara, porque Marcus acaparaba su atención, pero con que los anteriores mencionados tuvieran conocimiento de lo que pasaba, ya era algo.

- Hija - llamó Regulus, logrando que saliera de su sueño - ¿A dónde vamos?

- A la enfermería papá - expresó Athenea, llamando la atención de los demás - ¿Traen a Percy?

- A Charlie y a mi - expresó una tierna voz infantil

Bill Weasley, sujetaba con fuerza la túnica de su tía abuela Muriel, quien le miraba con mucho cariño, mientras que sujetaba a su hermano Charlie quien miraba con sus ojos azules a todos.

- Bill, Pecy ya no lloda, ¿Eso es bueno? - preguntó el niño que sostenía un desgastado oso de peluche

«¿Eso es bueno?» Esa maldita pregunta terminaba de poner en nervios a los demás. Orión quien llevaba del brazo a su esposa, acaricio los suaves cabellos del menor, bajo la atenta mirada de Muriel.

- Ya llegamos - susurró Athenea, llamando la tención de los demás - ¿Listos para entrar?

- Sí - dijeron a coro los demás

Damián quien cargaba a Percy; se lo paso a Regulus, quien tomo con cuidado al menor, y todos pasaron a la enfermería, notando que cinco camas estaban ocupadas.

- ¿Quienes son? - cuestionó Madame Pomfrey, observando las cortinas corridas

- Son el quinto celestial - expresó Athenea, observando las camas - Si están acomodados como creo, entonces ellos son Armony, Angelus, Damon, Saphir y Moon

Los nombres eran raros, pero a la vez tan dulces y risueños que había algo, algo que incluso le hacía cuestionar lo que estaba pasando.

- ¿Ellos son también parte de la orden estelar? - cuestionó Muriel

- Así es - asintió lentamente Athenea - Charlie, Billy, ¿Por qué no se acercan a la mochila que esta en la primera cama? Ahí hay unos juguetes para ustedes