El Prisionero de Azkaban: Lunático, Cornamenta, Canuto y Colagusano

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La herida que Mándame Pomfrey le había curado a Lily Evans, no estaba del todo cicatrizado.

Melena, el león de la casa Potter, estaba acostado en el suelo, justamente encima de una gran manta y una almohada que alzaba un poco su peluda cabeza. Cualquiera podría sentirse intimidado por el enorme león, pero a diferencia de la soberbia de Evans, nadie hacía por acercarse de manera mala hacía los demás.

La comida que estaban degustando; era deliciosa, de hecho, nadie podía decir lo contrario, de hecho, estaban más interesados por el hecho de que tenían un licántropo entre ellos; y nunca se dieron cuenta.

-¿Cómo fue que nunca nos dimos cuenta que Remus es un hombre lobo?- interrogó un gryffindor de cuarto año

-Bueno, tampoco es que Lupin vaya gritando a los cuatro vientos que es un lobo- comentó un Slytherin con calma

-Punto a favor- señaló un Ravenclaw

Remus, quien estaba en la mesa de Slytherin, miraba a todos en total silencio, estaba asustado, estaba nervioso, y sus ojos ámbar pasaron hacia la mesa de los profesores.

-Profesores- llamó él, haciendo que todos se quedarán en silencio, incluso Evans, quien estaba dejando de quejarse de manera dramática-. ¿Me van a expulsar?

La manera en como Remus miraba a todos, hacía que los profesores se miraran.

-Deberían- dijo Molly de pronto, mirando con asco y odio a donde estaba el castaño

-Sigue Weasley, que te voy a golpear- comentó Bellatrix

-Solo soy sincera, las Criaturas mágicas deberían de estar prohibidas- respondió ella

Muriel Prewett le soltó un cachetadon, haciéndola que se quedara en silencio.

-No hable por todos, Señora Weasley- dijo Madame Sprout, mirando a la pelirroja con cierto recelo

-Es cierto, no tenemos problemas con el joven Lupin- aseguró Madame Vector

Remus se siente tranquilo, no sabe exactamente el porque, pero saber que no será expulsado de Hogwarts por su lobo, le daba paz. 

-Pero no es justo- habló de pronto el señor Evans, quien después de escuchar la "explicación" por parte de Molly Weasley, estaba aterrado-. No pueden dejar a ese animal cerca de los niños, ¡Mi hija podría morir!

-Señor, con el historial de su hija, no falta mucho para que muera por fuerzas naturales- comentó con calma una joven de cabello castaños, quien nunca había congeniado muy bien con la pelirroja-. Y posiblemente sea porque alguien la empuje por las escaleras

Verdad o mentira, nadie quería saber y antes de que el señor Evans pudiera tan siquiera gritar o enojarse; el suave rugido de melena se escucho por el aire.

- Dice melena que te va a comer - se burló Hayden 

La cara de terror que el señor Evans les enseño, fue divertida, pero aquello no importaba, no cuando el cachorro de Jackson se tiro como su nada a lado del enorme animal.

- Kongo no le teme a nada - susurró en voz baja Petunia a Jack 

- Ya me di cuenta - regreso el susurró el pelirrojo 

- Evans, cállate antes de que mande a Naginni a comerte - pidió de pronto Tom, mientras trataba de que Delphini no fuera a molestar a los niños de segundo año 

La mención del enorme animal, hace temblar a la pelirroja, quien se queda callada de pronto, mientras su padre pensaba en como defender el honor de su hija.

𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora