Damián había hecho con ayuda de su padre y abuelo, que apareciera una mesa larga con diversos bocadillos y una máquina para hacer palomitas.
El suave olor a mantequilla había llegado a todos y aunque los partidarios de Dumbledore estaban furiosos de que su director estuviera encerrado, no pudieron evitar tomar un pequeño tazón de aquella botana salada que parecía cautivar a más de uno.
Los tazones eran bonitos, de coloridos colores y con una profundidad que si bien, podría verse minúscula, parecía ser precisa para todos.
Las damas comían de manera tranquila, elegante, tan delicada, los hombres eran menos delicados claramente, pero eso no evitaba que fueran más tranquilos, los jóvenes eran menos cuidadosos, pero eso no evitaba que ellos mismos trataran de no verse tan primitivos como otros al casi empinarse las palomitas.
-Disculpen, ¿No hay chocolates?- interrogó Remus con nervios
El comedor se queda en absoluto silencio cuando todos los futuristas le entregan ranas de chocolate al prefecto de Gryffindor, y no era los únicos, pues pronto, varias ranas de chocolate estaban sobre un platón de oro sólido.
-Son para ti- asegura Hadriel con calma
-Esperamos te gusten tío Lunático- expresó alegre Hayden
-Te daremos todo lo que quieras- sonrió Luna
-Y cuando decimos todo, es todo- dijeron a coro el quinteto celestial
-Bien, mientras comemos, ¿Quién lee?- cuestionó Damián con gracia al ver a Remus estar casi cubierto por las ranas de chocolate, justamente con Teddy a su lado, quien miraba la pila del delicioso dulce con emoción.
Augusta Longbottom alza la mano y el libro vuela hacia ella y se prepara para leer.
—Capítulo diecisiete, la final de quidditch— leyó Augusta con calma
Hermione y Athenea habían dado la triste noticia de que Hagrid había perdido el caso, se lo había informado con una carta.
Muchos se sintieron mal al escuchar eso.
—Me ha enviado esto —dijo Hermione, tendiéndoles la carta. Harry la cogió.
El pergamino estaba húmedo; las gruesas lágrimas habían emborronado tanto la tinta que la lectura se hacía difícil en muchos lugares.
Queridas Athenea y Hermione:
Hemos perdido. Me permitirán traerlo a Hogwarts, pero van a fijar la
fecha del sacrificio.A Buckbeak le ha gustado Londres.
Nunca olvidaré toda la ayuda que nos has proporcionado.
Hagrid
—No pueden hacerlo —dijo Blaise, frunciendo el ceño ante lo que Harry había leído en voz alta—. No pueden. Buckbeak no es peligroso.
-¡Exacto!- exclamaron muchos
-Hemos leído de él, Buckbeak es un buen hipogrifo- señalo alguien más
- Eso es una estupidez- asegura Bellatrix -El hipogrifo es más educado que muchos
—El padre de Miller consiguió atemorizar a la Comisión para que tomaran esta determinación —dijo Athenea secándose los ojos—. Ya sabéis cómo es. Son unos viejos imbéciles y los asustó. Pero podremos recurrir. Siempre se puede. Aunque no veo ninguna esperanza... Nada cambiará.
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𝐋𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐲 𝐄𝐬𝐭𝐞𝐥𝐚𝐫
FanficLa guerra dejó varias heridas en muchas personas, y Harry Potter era una de ellas. Perder a su padre, no se comprará con ver morir frente a sus ojos a su papá, al hombre que le dio la vida ni mucho menos quien lo cuido. Por tal motivo, el conocido...