Capítulo 4

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Pasaron años después de aquel suceso, Razor y yo lo recordamos como un momento muy fundamental como nuevo paso de nuestras cortas vidas en Teyvat. Pero eso no es todo, me he tomado la libertad de investigar más sobre mis orígenes y sobre la catástrofe la caída de mi aldea Wubelle, y de ello he podido notar la conexión existente entre los propósitos de tener una visión y a la vez su impacto en todo Teyvat.

Dicen que hay un lugar lleno de libros muy interesantes en esa cuidad llena de personas y molinos, pero aunque me sea tentadora la idea de saber más sobre ello, menos ganas tengo de intercambiar palabras con gente. Razor ya me gana en ese sentido, y no me refiero al habla porque lo hago sin dificultad; el ha estado aprendiendo a luchar con mandoble con un señor y parece ser alguien muy importante.

Recuerdo vagamente haber visto personas con botas altas, máscaras tapando sus caras además de las criaturas de burbujas de colores, si he entendido bien, ellos han de ser los escurridizos cazadores de tesoros.

De lo poco que sé, es que posiblemente la historia detrás de lo que relata el gran libro de Graekk es un foco principal de lo que buscan los cazadores de tesoros. Algo que realmente no lo entiendo, digo, sé leer pero no logro descifrar lo que dice, tal es de que una literatura difícil se tratara. Simplemente no lo entiendo, pero poco a poco comprendo cosas menos complejas.

Al tener mi visión, muchas dudas se me resolvieron, como el que sea extraño que nadie recuerde la existencia del gran oasis en el vasto desierto fronterizo entre Natlan y Snezhnaya o la razón del por qué es tan limitado el número de personas con visión de tal lugar. Estos acertijos parecen conducir a un lugar llamado el plano celestial, el cual parece comprometer algo de más valor que un simple tesoro; obviamente para esos tipos robatodo les parece una idea de lo más irresistible.

Lo que no me cuadra es la presencia de magos del abismo en mi aldea, ¿Qué se les ofrecía a estos dos bandos con diferentes intereses? ¿Tendrán algo en común? Quien sabe.

He notado que entre las páginas del gran libro se esconden unos patrones muy raros, solamente son trazos sin sentido. De alguna manera traté de trazarlos en papel aparte, por lo que el resultado fue una sorpresa. Parece como partes de un mapa, y solo se reconocer Mondstadt en él.

Puedo deducir que lo que sobra es a lo que los demás llaman Teyvat. Si esto es lo correcto, entonces no creo entender los signos en cada parte dividida. Es decir, veo siete partes divididas y en cada uno hay un emblema plasmado en él. Sin duda esto capta mi atención, pero parece ser un plan de viaje, por ello necesito hablar con un experto o alguien meticuloso para poder descifrar las intenciones del libro.

Todos con los que me he cruzado ya han hecho cosas interesantes en sus vidas, así que ¿Por qué no me atrevo a hacer algo grande? Para ser sincera este asunto me da más valentía que entrar a ese lugar lleno de gente.

— ESPERA... ¿y si me cruzo con más gente? Arrgh— sentirme así era inevitable, hay poca gente que me ha dado estima conocerla, pero más no quiero.

Que quede claro que personas como Razor o Ella son lo más apegado a mi, siempre tuve problemas para convivir con los demás en la aldea antes de que todo pasara. No es como que sintiera todos en mi contra, simplemente era la sensación de incomodidad. Solo me limitaba en portarme como una niña buena y solo asentir para que las conversaciones pasaran rápido. Ni idea si yo realmente me sentía así como aparentaba pero al menos ayudaba para dar buena impresión a todos.

— Da igual, un viaje es algo pasajero— suspiré resignándome a pensar qué tal vez no conozca a nadie y solo me limite a lo mío.

Nunca he emprendido un viaje largo, al menos de mas de 3 días nunca. Por ello, primeramente debería tratar de conseguir materiales para ser mas fuerte y así nadie me pueda detener en mis planes.

Extraños - Diluc y lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora