Capítulo 39

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——¿Deseas parar un momento para recuperar el cansancio? —— preguntó un Diluc con una pisca de recelo, luego de esa noche, pláticas incómodas surgieron debido a que la Feubor no hablaba en absoluto.


Ella de su parte, tomó de la cantimplora en respuesta para beber agua, faltaba poco para poner sus pies en la gran ciudad. Con inseguridad bajaba su mirada a sus piernas en cada momento, al recuperarse de esa pesadilla notó que las manchas estaban expandiéndose a la mitad de su muslo, las vendas blancas disimulaban un poco debido al color de su vestido así que no era un problema muy grande.


——Debemos seguir, nos queda poco tiempo —— respondió recordando que solo faltan tres meses para que todo llegue a su límite, así quedan tres espíritus respectivamente.


——Recuperaremos el ritmo al terminar con este encargo, deja los asuntos del trayecto de mi parte, ¿sí? —— ella asintió recuperando el aliento —— Snezhnaya no es un lugar muy accesible al público sin antes pasar por los ojos de los once, me disculpo de antemano si mi presencia obstaculiza nuestra entrada a la región helada, la última vez que estuve ahí... puede que no... —— hizo una pausa indeciso de lo que puede decir realmente —— es probable que los heraldos no me recuerden con buenas intenciones, lo cual es mutuo... me pondré en contacto con alguien que nos pueda ayudar a pasar desapercibidos.


——Es lo ideal, esta es una situación desesperada, no veo el problema... creo recordar un poco ese momento tuyo —— suspiró con pesadez, encajando su mano en la mejilla del Ragnvindr —— lo bueno es que lograste salir con vida, eso es lo que importa y tienes razón, hay que evitar los ojos de los fatui, no quiero agregar una nueva lista de enemigos.


——Sigo sin entender por qué es necesario el uso de unos ingredientes tan peculiares, la alergia se puede remediar de una manera más simple...


——E-es porque no es c-cualquier alergia —— se apartó buscando con la vista la entrada de la sofisticada ciudad, ignorando la mirada rojiza —— vamos ¡estamos cerca! —— unió sus dedos con los aguantados para apresurar el paso.


Edificios con diseños sofisticados, monumentos hermosos de admirar, tiendas exquisitas de productos de buena calidad, gente caminando sin ver a quién pisan por las heladas calles. Definitivamente, sería las primeras impresiones de cualquiera que se dedique a observar el panorama tan desigual.


Ambos se encontraron con la tienda escondida entre los callejones oscuros de la ciudad, mirándose el uno al otro, indecisos entraron sin preguntarse mucho.


*Momentos después*


——No importa dónde me encuentre, siempre me voy a sentir aliviada si duermo en una cama —— cayó exhausta en la única cama en la habitación despojándose de su calzado en el camino —— ahh, esto es vida.


 ——La recepción estaba muy llena, espero que no te moleste compartir todo —— su grave voz cansada se escuchó desde el pasillo de la habitación, donde se desprendía de su corbata y algunas prendas exteriores de su atuendo.


——No me va a molestar, después de todo, eres como una almohada térmica... mmm si, ese era el término—— se paró para buscar su pijama —— tener una visión pyro tiene sus ventajas...

Extraños - Diluc y lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora