Capítulo 43

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POV Diluc


No sé qué es lo que ocurre realmente, pero si puedo hacer algo para impedir peligro, no voy a flaquear. 


——¡¿Se puede saber qué pasó exactamente?! —— pregunté mientras corríamos cuesta arriba sin importar si el viento y la nieve nos envolvían. 


——¡La esencia del dragón oscuro perseguía a Albedo... lo sé porque él me pidió ayudarle para sellarlo nuevamente donde residen sus restos! —— decía entrecortado, se estaba cansando. —— ¡Fui a pedirle ayuda a Venti, ya que estaba seguro de que él sabía cómo remediarlo... creo que cuando fui a hacer eso, lo poseyó!


La frialdad de la montaña era una amenaza para todo aquel que reside en Mondstadt, sin embargo, nadie sabe que hay más cosas por temer en Espinadragón. Llegamos a un punto de la montaña, el viento se intensificaba rodeando el cuerpo de Albedo, inmóvil, pero enfurecido, sus ojos tornaron a otro color, uno muy oscuro y rojo brillante.


——¡Es todo lo que puedo hacer para... retenerlo! —— el bardo que lo retenía se dejó caer, débil por esperar mucho, o al menos es lo que pienso en estos momentos, hay que evitar que avance a Mond.


——¡Iré a llamar a los caballeros de Favonius! —— Paimon también quería aportar en algo.


——¡Espera! ¡Tenemos que evitar que le hagan daño! —— la detuvo Aether, tratando de pensar mientras Albedo enfurecido atacaba sin piedad.


——¡Tampoco es que podremos entre nosotros! ¡Llama a Jean, Eula y Amber, ellas van a comprender la situación! —— aseguró Venti mientras se levantaba de nuevo.


——¡Está bien, les explicaré por el camino, me voy! —— se fue flotando lo más rápido que pudo, no pude ver más, ya que logró debilitarme un poco el rubio.


——No van a poder detenerme por mucho tiempo... ellos deben saber dónde está Rhinedottir...


——¡Sal de Albedo, ese cuerpo no te pertenece! —— Aether lanzaba ataques enfurecido.


No paramos de bloquear ataques, debíamos evitar que avanzara, por un descuido, este logró avanzar unos metros, las criaturas que viven aquí también nos atacan envueltos en un aura muy oscura.


Así duramos unos minutos hasta que los refuerzos llegaron en un momento oportuno, una variedad de flechas de fuego impactó con las criaturas entrometidas. Eula y Jean tomaron el frente para darnos un tiempo para descansar.


——¡¿Situación?! —— La rubia bloqueaba con éxito cada ataque, mientras trataba de informarse.


——¡Alguien reside en Albedo, hay que debilitarlo para poder sacarlo! —— Paimon se adelantó en informar a las recién llegadas.


——¡Hay que evitar que salga de aquí, de ninguna manera tiene que hacer daño a los ciudadanos! —— hice énfasis a lo más importante de todo, nadie tiene que salir herido.

Extraños - Diluc y lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora