Extraños - Diluc y lectora

Capítulo 42

POV Omnisciente

Cada paso era una tortura, el sonido de pisadas en tierra árida era lo único que escuchaban por más de unas horas. En ocasiones normales le hubiera dado igual a la castaña, pero esta vez sabe que hay algo de por medio, ese molesto sentimiento de que algo anda mal.

Luego que le explicara al pelirrojo, este se confundió notoriamente, tanto que le pidió un momento a solas. Era entendible que ver a su pareja cariñosa con todo el mundo le hizo daño, llegó creer que lo que tenían era genuino, no hasta que soportó ver eso.

Sus sospechas fueron aclaradas cuando habló con el resto en la aldea, hasta la mujer que estaba encerrada en su burbuja le pedía que la dejara escapar, con las mismas palabras que escuchaba en aquella mansión. Un recuerdo doloroso pensando que todo se trataba de su amada.

Algo más no los dejaba en paz, ese beso... él claramente estaba muy incómodo con la idea de dejarse besar por una extraña, alguien que en realidad no era quién creía que era. Ella pensó en un principio que se trataba de una traición a su confianza, no hasta que escuchó su nombre de los labios del Ragnvindr nombrando a otra persona, desde ese momento supo que debía armar el rompecabezas.

Es un recuerdo que fácilmente pueden ignorar sabiendo que fue un error, ¿por qué les duele recordarlo? ¿será porque no volvieron a dirigirse la palabra después de ello?

Ambos están avergonzados

——Es por ahí... —— su voz salió seca y débil, el siguiente lugar en derrotar el penúltimo espíritu se encuentra en una estructura en ruinas, en el pasado fue una fuente de poder, un lugar que recuerda toda la sangre esparcida y sudor de todos los guerreros que osaron a desafiar en duelo a otros por el respeto de la arconte. Un coliseo.

Cumbre de la fuerza, la voluntad del poder, la elegía del destino de una guerra reside aquí, el hogar de muchos gritos de coraje, sangre, sudor y lágrimas.

Fogosa sensación de júbilo, el deseo de morir en batalla, ser reconocido por la arconte de una pelea con final feliz, sea muerte o en vida, ambas son una manera de cantar victoria.

Paredes que no soportan a los débiles, este lugar no acepta a los que tienen nulo sentido de supervivencia, la guerra es un evento diario para el que desea vivir en lo más profundo del abismo.